Porque toda la sociedad, hombres y mujeres, debemos colaborar
El de Mara Castilla es tan solo el más reciente caso de un feminicidio que volvió a indignar a todo el país. Esta joven de 19 años tomó un taxi supuestamente seguro en Puebla y una semana después fue encontrada muerta.
Sin embargo, el caso de Mara es tan solo uno de los miles de asesinatos de mujeres que ocurren en México. Tan solo en 2016, hubo dos mil 735 casos de este tipo, 7.5 al día, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Por eso, en Nación321 creemos que la mejor manera de honrar la memoria de Mara y de todas las víctimas de feminicidio en nuestro país, es colaborando y haciendo cada uno nuestra parte para que estos casos no se vuelvan a repetir.
TOMA CONCIENCIA DE LA VIOLENCIA
La violencia de género se define, según la Ley General de Acceso de las Mujeres una Vida Libre de Violencia, como:
"Cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial,económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado, como en el público".
En ese sentido, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) elaboró el Violentómetro, el cual muestra una escala de las agresiones que reciben las mujeres día a día, las cuales van desde una broma hiriente, pasando por un manoseo, hasta el asesinato.
Es importante que reconozcamos estas actitudes para erradicarlas de nuestra conducta y poco a poco generar un ambiente más positivo y pacífico en nuestra sociedad.
HAZLE FRENTE AL MACHISMO
Para hacer frente a la violencia que enfrentan las mujeres, es indispensable que los hombres asuman su responsabilidad en la violencia de género. Esta responsabilidad implica identificar y denunciar la violencia que afecta a las mujeres.
Además, asumir responsabilidad incluye asimilar las nuevas masculinidades, es decir, erradicar la idea de que ciertas actitudes y tareas son exclusivas de las mujeres y rechazar que los estereotipos o tradiciones determinan las conductas de interacción entre los sexos.
CAMBIOS EN LA VIDA COTIDIANA
La violencia no solo implica grados extremos como el homicidio, sino también existen agresiones menos visibles que desgraciadamente se han normalizado en nuestra vida cotidiana.
En ese sentido, y aunque tú respetes a las mujeres, no debemos ser meros espectadores ante los casos de violencia de género. La organización argentina Economía Femini(s)ta, por ejemplo, llama a los hombres y mujeres a no festejar ni tolerar los comentarios sexistas. En cambio, pide mostrarnos en desacuerdo ante una broma machista y explicar que detrás de ella yace la normalización de la violencia de género.
Otra recomendación de Economía Femini(s)ta es dejar de replicar los estereotipos de género. Este punto se refiere a no caer, por ejemplo, en el error de celebrar que un hombre tiene múltiples parejas sexuales y a la vez reprobarlo cuando se trata de una mujer. Los estereotipos a romper también se refieren a la vida laboral, donde se ve como normal que solo sea el hombre quien trabaje mientras que la mujer se dedica únicamente al hogar.
La #ViolenciaDeGénero vulnera a #mujeres por el sólo hecho de serlo. El principal camino para acabar con ella es la #Prevención ¡infórmate! pic.twitter.com/8VE3QmfzRF
— CNDH en México (@CNDH) 6 September 2017
Otro punto a atacar es el mansplaining. ¿Qué es esto? Se trata cuando un hombre intenta explicar algo a una mujer de manera condescendiente. La violencia aquí radica en que el hombre da por sentado que sabe más que la mujer y que ésta es incapaz de entender algo "complejo".
Por otra parte, como sociedad podemos abonar a la igualdad de género cuidando nuestra manera de hablar. Por ejemplo, la Universidad de Barcelona publicó la Guía para el uso no sexista del lenguaje. En ella, esta institución educativa recomienda usar la forma femenina en la mayor medida de lo posible. Por ejemplo, decir "la ministra" o "la médica", y cuando no sea posible cambiar de género la palabra, entonces usar el artículo femenino: "la miembro de...".
Otra recomendación de la Universidad de Barcelona es dejar de utilizar "hombre" como sinónimo de persona o humanidad.
Sabemos que no son todos los ejemplos, pues la violencia contra las mujeres lamentablemente se vive diariamente en el hogar, la escuela, las amistades, el trabajo y en todos los círculos y ambientes sociales. Tampoco son todas las soluciones, pero si tal vez comenzamos por poner nuestra parte y evitar algunas de estas conductas, y dejamos de ser indiferentes ante la violencia de otras personas, podremos empezar un cambio en nuestra sociedad.