Porque repetir esta palabra normaliza la discriminación y el odio
Si has visto un juego de la liga mexicana de futbol en los últimos años seguramente ya escuchaste que cuando el portero del equipo rival despeja el balón, la afición suelta una lamentable expresión contra él: "¡Eehh puto!".
Sin embargo, el viernes pasado la expresión saltó de las canchas a la Cámara de Diputados cuando un grupo de legisladoras priistas hizo lo propio contra una un diputado de Morena durante la discusión del presupuesto 2018.
Esta expresión en ningún momento y en ningún contexto es aceptable, por lo tanto aquí te decimos por qué deberíamos erradicarla de nuestro vocabulario.
EL CONTEXTO
El uso de la palabra "puto" para denostar a una persona en México data desde principios del siglo 19, de acuerdo con el activista jalisciense Jaime Cobián, quién ha documentado al menos 200 términos que se utilizan desde hace más de dos siglos para referirse peyorativamente a los homosexuales.
Cobián informó que la mayor cantidad de términos los encontró en documentos históricos posteriores a la Independencia de México en los que liberales y reformistas utilizan expresiones homofóbicas para descalificarse unos a otros como maricón, puto, joto, afeminados y cagatintas.
En 2012, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) informó que las palabras que más usan los mexicanos para herir a otros usuarios en las redes sociales son: indio, puto, naco, zorra y bitch.
"El uso de internet ha vencido las barreras de comunicación pero también se ha convertido en una vía para ejercer la discriminación. El discurso de odio cubre todas las formas de expresión que difunden, incitan, promueven o justifican el odio racial, la xenofobia, el antisemitismo u otras formas de odio basadas en la intolerancia”, apuntó el Conapred.
Para César Azamar Cruz, de la Facultad de Letras Españolas de la Universidad Veracruzana, el hecho de que el mexicano utilice la palabra "puto" visibiliza el odio y el prejuicio hacia una persona con preferencias homosexuales, al tiempo que trata de demostrar superioridad por el hecho de ser heterosexual.
"Insulto luego existo, podría ser el imperativo que vertebra gran parte de nuestros encuentros comunicativos, como si no existiese posibilidad de comunión sin pasar por agredir al otro, como si nadie alguna vez hubiera experimentado que así como las palabras confortan, también tienen la posibilidad de herir. Dialogar sin dañar al otro es, en estos tiempos, una empresa difícil, pero sobre todo, me temo, vana", escribe el especialista.
EL SIGNIFICADO
La Real Academia Española (RAE) dice que palabra "puto" deriva del latín puttus, una variación de putus que significa niño.
Este adjetivo tiene una calificación denigratoria como cuando se dice "hijo de puta" para decir que una persona es mala; también se utiliza para ejemplificar que una persona cayó en desgracia, como decir "me quedé en la puta calle".
La palabra también puede ser usada para ponderar un hecho: "Ha vuelto a ganar. ¡Qué puta suerte tiene!".
De igual manera, se utiliza para enfatizar la ausencia o la escasez de algo: "No tengo un puto duro (peso)".
La RAE menciona que "puto" también es el adjetivo que se le da a un prostituto o sodomita (que practica la sodomía).
LO NEGATIVO
Está muy claro: en México la palabra "puto" es una expresión de desprecio y de rechazo, indica el Conapred.
"No es una descripción ni mucho menos una expresión neutra; es calificación negativa, estigma y minusvaloración (valoración de una cosa o de una persona en menos de lo que merece o vale)", dice el Consejo.
El órgano refiere que decirle a alguien "puto" o catalogarlo como tal homologa la condición homosexual con cobardía, con equívoco y en el caso del futbol, es una forma de equiparar a los rivales con las mujeres, una forma de ridiculizarlas en un espacio deportivo que siempre se ha concebido como casi exclusivamente masculino.
"El sentido con el que se da este grito colectivo en los estadios no es inocuo; refleja la homofobia, el machismo y la misoginia que privan aún en nuestra sociedad", lamentó el Conapred.
El Consejo editó en 2011 un manual para periodistas titulado Escrito sin d, en el que incluye un listado de expresiones incorrectas, no recomendables y las de uso correcto para referirse a las personas con orientación sexual diversa.
Entre los términos incorrectos incluye: “puto”, “maricón”, “puñal”, “lilo”, “joto”, “marica”, “mariquita”, “mariposón”, “sidral”, “local”, “invertido”, “mayate”, “vestida” y “jarocha”.Los de uso no recomendable son: “personas con gustos raros” y “sodomita”.
El Conapred sugiere el uso de términos como: “gay”, “lesbiana”, “persona (s) con diversidad sexual”, “travesti”, “transexual” y “persona que cambió de sexo”.
NO A LA NORMALIZACIÓN
El primer consejero presidente del desaparecido IFE, José Woldenberg, escribió en 2014 que "puto" no debe de ser parte de un lenguaje normal entre los mexicanos.
"No es cierto que la violencia verbal sea anodina. Hace daño, agrede y se usa precisamente para eso: denigrar, ofender, sobajar, discriminar. Negro, puto, indio, vieja, pueden ser hasta términos cariñosos; pero suelen ser dagas para joder, para humillar. Todos lo hemos hecho y quizá todos, en algún momento, lo resentimos", escribió el académico.
Woldenberg aseguró que un sector de los mexicanos justifican decirle "puto" a alguien porque siempre ha sido así, que así es y así será.
"¡Bonito razonamiento! Bajo esa premisa, pegarle a los hijos para supuestamente educarlos, impedir que las mujeres ocupen cargos públicos o acosar a los homosexuales diciéndoles maricones, jotos, putos, es legítimo porque no lo inventamos nosotros sino que lo heredamos como producto de una larga tradición. Que todos o la mayoría haga una cosa no la legitima", expresó.
Así que ya sabes, aunque sea una costumbre desde hace al menos dos siglos, aunque haya decenas de otras formas despectivas, aunque lo digan en los estadios o en la Cámara de Diputados, aunque no seas el primero en decirlo, "puto" es una expresión ofensiva y discriminatoria que no debemos seguir repitiendo.