Porque dependiendo de lo que hagan en precampañas y campañas, los ciudadanos decidirán su voto
Estamos en precampañas y en pocos meses entraremos de lleno en las campañas y los políticos ya tienen preparados sus mitines, discursos, promesas y hasta outfits.
Pero sinceramente ya estamos hasta el gorro de escuchar lo mismo en cada proceso electoral, así que por favor, precandidatos, tomen nota si realmente quieren conquistar el voto millennial y chequen lo que ya NO deberían hacer ahora que entren en campaña.
BASTA DE TRAJES TÍPICOS
Es muy común que cuando un candidato asiste a un pueblo o con algún representante de alguna comunidad indígena aparece vestido con el traje típico de la región.
Probablemente lo hagan porque quieren que los habitantes se sientan identificados; sin embargo, creemos que no se ven auténticos y hasta termina siendo pose porque las comunidades indígenas terminan siendo las más desprotegidas por la clase política.
Y sí, el traje de chamula, de la comunidad de San Juan Chamula, Chiapas, es el que más usan los políticos.
CARIÑO PARA TODOS
Eso de andar repartiendo besos y abrazos a bebés y personas de la tercera edad es muy noventa; sin embargo, parece que los políticos se empeñan en repetir este acto una y otra vez para tratar de conmover al electorado.
Y para muestra, aquí algunos botones:
Durante las elecciones del 2000, el entonces candidato presidencial del PRI, Francisco Labastida, se tomó una foto mientras besaba a un niño.
Y seis años después, vimos una escena similar pero ahora protagonizada por el entonces candidato presidencial del PAN, Felipe Calderón.
Y en este 2017 tampoco nos salvamos de este tipo de escenas, pues el ahora gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, también aplicó la del bebé en brazos.
¡DEJEN DE BAILAR, PLEASE!
Otra cosa que los políticos en campaña no dejan de hacer es bailar; y aunque algunos no lo hacen tan mal, otros francamente deberían pensar mucho mejor sus estrategias porque a final de cuentas, los ciudadanos no vamos a votar por el que mejor baila, sino por las mejores propuestas.
Uno de los ejemplos más recientes es el de Salomón Chertorivski, quien busca la candidatura a la jefatura de Gobierno por la coalición Por México al Frente, conformada por el PRD, PAN y Movimiento Ciudadano.
Chertorivski no es el único político que ha querido "mover" al electorado con música y baile; en 2009, Armando Ríos Piter estuvo de gira por Guerrero como candidato a diputado federal y se "meneaba" al ritmo de merengue.
Y una de las grandes "joyas" del mundo electoral fue la que nos regaló Omar Bernardino Vargas, actual diputado federal por Michoacán y que se hizo famoso gracias a este video.
DEBATES
Es uno de los puntos que más aterra al elector, ¿por qué?, son aburridos, el formato no es amigable y no permite que realmente haya un intercambio de ideas entre los candidatos.
Desde que el organismo electoral organiza los famoso debates, lo único que hemos visto son candidatos acartonados, algunos hasta improvisados o de plano una letanía de descalificaciones.
Desde 1994, hasta la fecha, los formatos no han cambiado casi nada y para muestra este recuento.
O lo que ocurrió en el 2000, cuando Franciso Labastida aprovechó el debate para quejarse de los insultos que recibía de Vicente Fox.
Así que no es nada extraño que durante uno de los debates en las elecciones de 2012, lo que más recordamos fue el vestuario de la edecán Julia Orayen, ¿Gabriel Quadri, sí te acuerdas, no?
DISCURSOS
Los discursos son parte fundamental de las precampañas y campañas, con ellos, el político en cuestión tiene la oportunidad de seducir al electorado y convencerlo de que es la mejor propuesta. Bueno, eso en teoría, porque en la práctica hemos sido testigos de los mismos discursos una y otra vez.
Las promesas son siempre las mismas: desarrollo económico, empleos de calidad, abatir la pobreza y mejorar la educación.
Durante su cierre de campaña, en junio de 2006, Felipe Calderón se autonombró como el presidente del empleo y aseguró que habría crecimiento económico en el país y una "vida mejor y más digna para todos".
En 2012, el entonces candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, también cerró su campaña en el Estadio Azteca y enfatizó que de ganar las elecciones su gobierno mejoraría las condiciones laborales de la ciudadanía y habría empleo digno y bien remunerado. De hecho, la gran promesa que hizo durante toda la campaña fue "vas a ganar más".
Con esta premisa, Peña Nieto aseguró que en su gobierno, los ciudadanos pagarían menos por los alimentos, la luz y servicios básicos y los salarios serían mejores.
No solo el contenido de los discursos es similar, también la entonación, el tipo de evento y hasta las porras que cada candidato lleva, independientemente del partido que sea, son casi idénticas.
Sí, sabemos que estas promesas obedecen a los principales problemas del país, pero parece que los discursos se han quedado en eso, pues según las estadísticas de la OCDE, México sigue con altos niveles de desempleo, marginación e inseguridad.
“El país tiene la tasa de homicidios más alta de la OCDE, y tan sólo el 46% de las personas se sienten seguras de caminar solas por la noche, muy inferior al promedio de la OCDE, que es de 68", señaló el organismo.
REGALOS
Otra cosa que ya no queremos ver en las campañas son los regalos que los candidatos ofrecen con tal de tener el voto de la ciudadanía. Tortilleros, mandiles, playeras, gorras y mochilas son solo algunos de los artículos que los candidatos deciden regalar a diestra y siniestra.
Lo peor es que muchas veces estos regalos terminan en la basura o en el mejor de los casos, las playeras las usas de pijama.
En 2012, PRD, PT y Movimiento Ciudadano exhibieron una serie de regalos que habían sido repartidos en todo el territorio nacional