Porque las obras han sido un dolor de cabeza para Mancera
Una de las obras más emblemáticas de la actual administración capitalina pende de un hilo. Nos referimos a la Línea 7 del Metrobús.
Dicha obra se anunció con bombo y platillos, pues se tenía planeado que corriera por Paseo de la Reforma, una de las avenidas más emblemáticas de la ciudad; pero hoy por hoy ésta se encuentra parada, luego de que un juez ordenara frenarla temporalmente hasta que se defina si la zona (en donde ya se hicieron trabajos) es monumento histórico protegido (WTF! ¿Nadie les avisó o cómo?).
Peeero, esta no es la única obra ni 'fail' que el mandatario capitalino ha tenido durante su administración por querer construir en zonas protegidas.
TROPEZÓ DE NUEVO Y CON LA MISMA PIEDRA 🎼🎤
El argumento principal por el cual se frenaron los trabajos en la Línea 7 del Metrobús es el mismo por el cual se echó para atrás la construcción del Corredor Cultural Chapultepec: posible afectación en zonas históricas protegidas.
La historia del Corredor Cultural Chapultepec comenzó en julio de 2015, cuando el equipo de Mancera anunció la construcción de un parque elevado de más de un kilómetro el cual iría del paradero de Chapultepec a la Glorieta de Insurgentes.
Para el proyecto, la administración de Mancera le entregó la concesión a la paraestatal Agencia de Promoción, Inversión y Desarrollo (ProCDMX), encabezada por Simón Levy. Esto con la finalidad de que el gobierno capitalino fuera socio del proyecto, pero sin aportar recursos ni adquirir deuda.
Sin embargo, todo le resultó mal a Mancera, pues vecinos de la zona (la Juarez, Roma-Condesa, etcétera) se opusieron al proyecto argumentando daño ambiental, privatización del espacio público (pues toda la inversión la haría la empresa privada Invex), así como daño a zonas protegidas.
En diciembre de 2015 se hizo una consulta ciudadana para el "sí" o el "no" al corredor... y ganó el no (aunque el ejercicio ni era vinculante ) y días después un juez emitió una orden de suspensión de la obra hasta que el gobierno capitalino acreditara los permisos correspondientes del INAH para construir en la zona aledaña a al Acueducto Chapultepec, un monumento histórico. Y pues, bye bye al corredor.
NUNCA GIRÓ LA RUEDA
Supongamos que la Ciudad de México tiene una rueda de la Fortuna en pleno Chapultepec a la cual te puedes subir por menos de 100 pesitos y ver esto:
Pero solo supongamos, porque esto proyecto es oootro de los que se han echado para atrás en esta administración.
En enero de 2016, la administración de Mancera anunció un proyecto para instalar la Gran Rueda en pleno corazón de Chapultepec. Esta rueda sería de 60 metros de altura y sería operada por la empresa privada mexicana Rueda Bicentenaria, S.A. de C.V., asociada con la empresa holandesa Dutch Wheels International. Para el proyecto la CDMX no erogaría nada y solamente cobraría 8 millones de pesos anuales por la renta del espacio.
Tras el anuncio, vecinos, principalmente de la zona de Polanco, se volcaron en contra del proyecto argumentando que este afectaría la movilidad. Ante ello, el gobierno central decidió cambiar la ubicación de la rueda hacia un predio conocido como La Hondada, en la segunda sección de Chapultepec, pero a los vecinos tampoco les gustó esta ubicación pues, dijeron, el predio es área verde y con valor patrimonial.
Y efectivamente, de acuerdo con el Sistema de Información Geográfica de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda capitalina (Seduvi) dicha sección tiene uso de suelo de Área Verde, por lo que lo único que se puede construir son garitas y casetas de vigilancia, así como jardínes botánicos, zoológicos, acuarios, planetarios, observatorios o estaciones meteorológicas.
Ante la oposición vecinal, la rueda volvió a cambiar de lugar e intentaron instalarla en un predio que previamente había sido un estacionamiento ubicado a lado del Auditorio Nacional; sin embargo, el proyecto se canceló.