La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), emite una serie documental sobre el llamado "Caníbal de Atizapán" y en el tercer episodio reveló que Andrés Filomeno Mendoza Celis, regalaba carne a los vecinos, incluso los invitaba a comer y decía que era de jabalí.
En el capítulo se narra que Andrés Filemón era conocido entre la comunidad por ser un hombre agradable, callado, pero gentil con sus vecinos, hecho que quizá hizo que no levantara sospechas cuando se acercaba a ellos para regalarles carne, presuntamente proveniente de sus víctimas.
"El señor Andrés repartía carne humana, les invitaba de comer a varios policías de la zona, a varias personas, a la señora de la tienda de la calle [...] si llegaba a invitar mucho de comer, de hecho llegaba a invitar específicamente carnitas, que era lo que él decía que hacía", relató un testigo que rentaba en el lugar donde el caníbal llevaba a cabo los crímenes.
Andrés diseccionaba la carne como bisteces, corte que fue encontrado en el plato cuando comenzaron las diligencias en el domicilio donde mataba y descuartizaba a sus víctimas.
Pero no solo regalaba la carne, también la vendía por kilos, ya que argumentaba que le regalaban mucha carne.
"Les decía que era carne enchilada e inclusive carne de jabalí que 'estaba muy buena, que la probaran' las otras dos vecinas nos llegaron a decir que sí se las regalaba y que sí la consumían".
¡Gracias a las más de 16 millones de personas que han visto @Canibalserie !
— Suprema Corte (@SCJN) June 30, 2022
Que la #IndignaciónTotal sea el motor para acabar con cultura de violencia y discriminación hacia las mujeres, así como los feminicidios en México. pic.twitter.com/ISJcFA1zdZ
En el capitulo también, Jonathan J. González, capitán de Bomberos de Atizapán, relata los hallazgos en la casa de la colonia Lomas de San Miguel, en Atizapán, que sirvió al feminicida para ejecutar los asesinatos y para esconder los restos de sus víctimas.
Aunque no todos los restos de las mujeres asesinadas por este sujeto se quedaban en el lugar donde fueron privadas de la vida, pues Mendoza Celis se valía de sus conocimientos de carnicero, oficio al que se dedicó gran parte de su vida, para llevar más allá sus actos sicópatas.
Un plato con un corte de carne y una tortilla dejaron ver que Andrés Filemón consumía la carne de las mujeres a quienes les quitaba la vida, así lo relató el capitán de bomberos, al acudir a la escena del crimen y constatar que en el lugar se encontraban reservados "cortes perfectos de carne", además de herramientas de cocina, libros de anatomía, películas de asesinatos, cuchillos con manchas hemáticas, carne cocida, pedazos de piel colgados en un tendero y sangre.
En una libreta azul escribía día, mes y año de cada feminicidio que realizaba, anotaba direcciones y el peso de cada parte del cuerpo de sus victimas. Calculan que en esa libreta había entre 30 o 40 datos de mujeres.