Porque la jefa de Gobierno aseguró que la curva logró aplanarse gracias a las acciones implementadas
La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, aseguró que tras la pandemia de COVID-19, la Ciudad de México deberá ser mucho más participativa e incluyente.
En entrevista para el diario francés, Le Monde, la mandataria capitalina habló de cómo ve el camino hacia la nueva normalidad en una de las ciudades más grandes del mundo.
"La primera lección concierne la necesidad tener un sistema de salud más robusto. La crisis nos recordó que la salud es un derecho y no una mercancía. Está en el espíritu de la “economía moral” que propone AMLO. Una economía que no deja que el mercado gobierne solo. La megalópolis del mañana será también más participativa. Es una convicción democrática. Con las redes sociales estamos en contacto directo con los ciudadanos. Sin necesidad de los medios. Nuestra comunicación es diaria y transparente sobre la gestión de la crisis sanitaria. Pero, se trata especialmente de una relación de responsabilidad mutua entre el gobierno y los ciudadanos".
Otras de las cosas que deberán cambiar en la capital es la movilidad, pues quedó demostrado que sí es posible reducir el tránsito automovilístico y mejorar las condiciones del transporte público.
"Vamos a crear otras ciclovías. Pero nuestra prioridad sigue siendo el transporte público. Las desigualdades sociales también son ambientales: las largas distancias y fuertes desniveles impiden el uso de la bicicleta en la inmensidad de la ciudad. En estos días comenzamos la construcción de un trolebús: un autobús eléctrico suspendido en los distritos populares del oeste de la ciudad más desatendidos".
Respecto al homeoffice, la mandataria local aseguró que esa modalidad deberá prevalecer y así lo hará con algunos trabajadores de su administración.
La jefa de gobierno habló de la vulnerabilidad que se tiene por ser una de las ciudades más pobladas del país y la manera en la que esto determinó las medidas que se tomaron ante la epidemia.
"Las virtudes de las grandes ciudades se revelan como vulnerabilidades frente a tal virus. Nuestra capital concentra casi 9 millones de habitantes, 22 millones con los 59 suburbios del vecino Estado de México. Nuestra urbanización no tiene fronteras. La pandemia aún menos. Con 6 millones de viajes diarios en circunstancias normales, el metro es un foco de contagio. Todos los días, los pasillos de nuestra Central de Abasto [centro de suministro] – las naves de mercado más grandes de América Latina – son deambulados por 500 000 personas, de las cuales 90 000 trabajan allí. La crisis también es social: la mitad de la población trabaja en la economía informal. La mayoría de los difuntos por Covid19 padecían de condiciones crónicas como diabetes u obesidad".
La jefa de Gobierno también tiene planeado crear espacios verdes benéficos para el medio ambiente y para la salud psicológica y física de los habitantes.
Respecto a cómo va la capital en cuento al control de la epidemia, Sheinbaum reiteró que se logró controlar la enfermedad gracias a la red hospitalaria y que se tomaron medidas con antelación.
"Estamos aproximadamente al 75% de nuestra capacidad hospitalaria. En cuanto a la movilidad, bajó entre el 60% y 70% en la ciudad. Esto nos permitió aplanar la curva de contagio para tener hospitales menos saturados. Los habitantes son personas informadas: el 90% tiene un teléfono móvil, el 60% está en Facebook. Esta es la ventaja de ser una ciudad muy conectada", dijo la jefa de Gobierno.
Con información de Le Monde.