Una mujer identificada como Denaya Young, de 29 años, mató a golpes a su hijo de 14 años, porque “no hizo su tarea”, luego llamó al 911 para admitir su crimen en Seattle.
De acuerdo con los informes policiales, el pasado 30 de enero, la mujer utilizó un cable para azotar al menor durante al menos tres horas, hasta que éste dejó de respirar.
El peritaje arrojó que la golpiza le provocó a la víctima alrededor de mil 172 heridas, 74 de ellas en el rostro.
La agresora dejó de golpear al joven de 14 años cuando vio que no respiraba, pero tardó unos cinco minutos para llamar a la policía.
Reportes de Fox News señalaron que durante el tiempo que duró la agresión, el niño “suplicó por ayuda” a su padrastro y hermanas de 4 y 6 años, quienes estaban presentes en el domicilio.
“Dejé que la furia me controlara. Perdí la cuenta de cuántas veces le pegué. Cada vez que él se levantaba se volvía a caer, pero pensé que me estaba engañando”, dijo la mujer a los oficiales que la detuvieron.
El padrastro del niño negó haber participado en las agresiones, pero tampoco hizo nada para evitarlo debido a que prefiere “enfocarse en sus propios asuntos”, según el reporte de Seattle Times.
“Cuando (mi hijo) se cayó las últimas veces, digamos las últimas cuatro o cinco caídas, se golpeó la cabeza con algo y ya no se levantó”, comentó la madre.
La policía llegó tras recibir la llamada de la agresora, y encontró al joven agonizando, por lo que de inmediato lo llevaron al Harborview Medical Center, donde murió.
Los médicos del King County Medical Examiner’s Office identificaron la causa de muerte como un “síndrome de respuesta inflamatoria repentina”, es decir, que su cuerpo envió sangre a cada una de sus heridas para sanarlas, hasta que su corazón se quedó ‘seco’.
La madre se encuentra en prisión preventiva y se le impuso una fianza de 3 millones de dólares. Su próxima audiencia está programada para el 13 de febrero.