¿Por qué sentimos ‘mariposas en el estómago’ cuando nos enamoramos? Esto dice la ciencia

EnamoramientoTe decimos qué es lo que pasa al interior cuando experimentamos el enamoramiento

¿Te ha pasado?

¿Has sentido pulsaciones aceleradas cuando vas a ver a la persona que te gusta? ¿Has notado que vas caminando, te acuerdas de esa persona especial y de la nada sonríes?

¿Has suspirado por alguien mientras en tu cabeza ‘papalotea’ su nombre en todos los rincones? ¿Has sentido cómo te sudan las manos y el tiempo se hace eterno cuando vas a tener la cita que tanto querías?


Bueno, posiblemente estés experimentando enamoramiento y tu cuerpo sólo cruza por un sendero que la ciencia y, particularmente la química, explican.

“En todas las etapas de lo que llamamos amor de pareja (enamoramiento, amor estable y desamor) se observan cambios notorios en la actividad cerebral. En la primera, por ejemplo, se activan zonas que tienen que ver con un estado eufórico, y se inactivan las ligadas a nuestro juicio de la realidad. Tales variaciones son transitorias”, indica Ignacio Camacho Arroyo, investigador de la Unidad de Investigación en Reproducción Humana del Instituto Nacional de Perinatología y de la Facultad de Química de la UNAM.

En entrevista con la Gaceta UNAM, el experto afirma que desde la ciencia “hemos visto que en el enamoramiento se activan estructuras cerebrales importantes, como el núcleo accumbens, que forma parte de los circuitos de recompensa y está ligado a la motivación; el hipocampo, que participa en la memoria, aprendizaje y emociones, y el hipotálamo, regulador de la conducta sexual. Además, la amígdala y las cortezas frontal y prefrontal, asociadas al miedo y a la percepción crítica de la realidad, se inactivan".


Agrega que también influyen neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, vinculados a las alteraciones en los estados de ánimo resultantes de estímulos placenteros y de recompensa. “Estudios demuestran que la testosterona, mayormente concentrada en hombres, reduce sus niveles en los varones, mientras que en las mujeres aumenta, lo cual modifica sus conductas. Estos cambios, de igual manera, son transitorios”.

Pero... ¿qué es eso que experimentamos como mariposas en la panza? afirma que enamorados, liberamos “moléculas como la adrenalina, noradrenalina y acetilcolina cambian. Ello genera sudoración, aumento de la presión arterial o alteraciones peristálticas en el intestino, las famosas mariposas en el estómago”, señala Camacho Arroyo.

Destaca que el enamoramiento es transitorio pero que para mantener el estado de bienestar es necesario trabajarlo a lo largo de los años.

El enamoramiento ocurre de manera impensada. Sin embargo, un vínculo a largo plazo es una decisión que se trabaja a diario, mediante vías claras de comunicación, por ejemplo. Para mantenerlo es necesario seguir estimulando el cerebro y sentirse contento. Eso puede hacerse mediante actividades que permitan continuar aprendiendo de la otra persona, sentir interés y confianza en ella”.

Finalmente, el investigador añade que el amor puede ser benéfico para la salud, pues la felicidad, motivación y creatividad generan mejor desempeño en diversas áreas de la vida. Además, implica un incremento de moléculas y células relacionadas con la respuesta inmunológica, lo que permite una mayor defensa ante el ataque de algunos agentes extraños que provocan infecciones.

Sin embargo, también puede tener efectos negativos. “En el desamor de nuevo hay modificación en las distintas regiones cerebrales y en los niveles de dopamina y serotonina. Además, se pierde esa sensación de placer y recompensa experimentada por mucho tiempo. También es posible desarrollar ansiedad y depresión, y en algunos casos puede requerirse atención médica, psicológica o psiquiátrica”.

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