La reforma judicial aprobada en septiembre de 2024 “pone la justicia en manos de la ciudadanía que tendrá, por primera vez, la responsabilidad de decidir qué jueces queremos y qué jueces necesitamos", opina la magistrada de circuito, Ana María Ibarra Olguín.
En entrevista con Nación321, la juzgadora habla sobre los beneficios que traerá al sistema judicial en México esta reforma de “gran calado” y por qué era necesaria una modificación constitucional de esta naturaleza.
Nacida en Torreón, Coahuila, y radicada en la Ciudad de México desde hace dos décadas, la también académica del CIDE y del ITAM destaca que en las elecciones del 1 de junio, los mexicanos tendremos la oportunidad de preguntarnos “¿a qué personas nos imaginamos como juzgadoras? Si queremos jueces progresistas o jueces conservadores; si queremos jueces que vean en el derecho un motor de cambio social, o más bien un ancla para mantener el status quo“.
La doctora en Derecho explica que una elección en el sector, tal cual lo ordena la reforma, tiene el beneficio de democratizar el Poder Judicial: “nos hace a nosotros como juzgadores, nos obliga a ver a la gente, a hablarle a la gente con estos ejercicios de explicar qué hacemos los jueces, por qué es importante la justicia y cuáles son los límites de nuestra función”.
En esa línea, Ibarra Olguín destaca que, a diferencia del pasado, una elección judicial busca “romper ese sistema judicial tan cerrado, tan elitista, tan alejado, y obligarnos a incorporar, a voltear a ver a la sociedad, ver sus necesidades sociales, y poner en manos de las personas, de los ciudadanos, el decidir qué justicia queremos”.
En su análisis, la juzgadora lamenta que "nuestro proceso legal es profundamente injusto" y acota que el “principal problema de la justicia en México es que al escudarnos en este lenguaje barroco, en estos formalismos, en estos tecnicismos, nos fuimos alejando cada vez más y más de la ciudadanía. Fuimos además generando procesos muy largos. El poder llegar a una solución de fondo a veces tarda dos o tres años”.
Reconoce al Poder Judicial como una institución alejada de la ciudadanía, con bajos índices de credibilidad.
Añade que revertir esta situación requerirá de “un trabajo de largo aliento; creo que esta reforma y las elecciones del 1 de junio van a ser un punto de partida, pero un punto de partida hacia adelante. La construcción de la justicia en México, la renovación de la justicia en México, no se agota con estas elecciones, sino que más bien inicia“.
Detalla que el mejoramiento de la justicia en el país “inicia con una profunda transformación, una renovación de los miembros del Poder Judicial, pero más importante aún, una renovación de la visión de la justicia que queremos y necesitamos. En ese sentido, esta idea de acercarnos con la ciudadanía es una misión objetivo de largo aliento”.
VISIÓN DE JUSTICIA
La exdirectora del Centro de Estudios Constitucionales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) afirma que cada juzgador tiene una visión de justicia y que eso será uno de los puntos que los electores habrán de considerar el domingo 1 de junio de este año.
Dice que su idea de justicia está alineada a buscar que “la sociedad sea más igualitaria, y no más igualitaria en el sentido de que en la ley pareciera que todos tenemos los mismos derechos, sino que en los hechos, materialmente, podamos disfrutar de los mismos bienes jurídicamente relevantes”.
Apasionada de los derechos humanos, Ana María Ibarra Olguín ha trabajado de cerca con grupos vulnerables, por lo que una de las líneas que definen su trayectoria es su “vocación, en buscar una justicia con equidad y con sentido social, pero también con responsabilidad institucional".
Subraya que trabajar para mujeres y niños ha sido “mi vida, es como yo concibo la justicia, la función jurisdiccional debe estar al servicio de todas y todos, pero sobre todo de quienes más lo necesitan”.
Ibarra Olguín, quien a lo largo de su carrera ha abordado temas comerciales, fiscales, de derechos humanos, ambientales, migratorios y fiscales, señala que en todos ha aplicado una “visión de justicia con equidad y sentido social”.
Destaca que “la equidad nos beneficia a todos, yo tengo una visión de la justicia con equidad y con sentido social; no debemos resolver los problemas o los conflictos como en un laboratorio químicamente puro, sino que tenemos que resolver en los contextos, siendo conscientes de los avances tecnológicos, de nuestro contexto social, de las problemáticas económicas, para que podamos dar una respuesta que pacifique el problema para las partes".
¿QUÉ DEBE TENER UN BUEN JUEZ?
Cuestionada sobre las características que debiera tener un juez que se precie de ser justo, la especialista destaca que lo importante es reconocer “que no somos autómatas, no somos robots”, que hay una ideología y aspiración de justicia que guía para hacer el mejor trabajo.
En ese sentido, dice, México requiere de juzgadores que sean personas “empáticas, que escuchen, que sean éticas, que tengan conocimiento, humanas, creo que ese es el reto y la oportunidad” para los comicios de junio.
Finalmente apunta que “los jueces, las personas juzgadoras, tienen que ser creativos al dictar y al dar soluciones a los conflictos entre las partes. Y en esta labor creativa interviene la visión, su ideología, la visión de la justicia que defienden“.