El próximo sábado 29 de marzo, el cielo ofrecerá otro espectáculo astronómico: un eclipse solar parcial. Este fenómeno ocurre cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, bloqueando parcialmente la luz solar y dejando visible una franja luminosa alrededor de la sombra lunar. A diferencia de un eclipse total, en el parcial solo una parte del Sol queda oculta.
De acuerdo con la NASA, el eclipse podrá ser observado en diversas regiones del mundo, incluyendo Europa, el norte de Asia, el norte y oeste de África, gran parte de América del Norte, el norte de América del Sur, el océano Atlántico y el Ártico. Sin embargo, en México no será visible debido a las condiciones geográficas que limitan su observación.
En eventos como este, es crucial seguir las medidas de seguridad recomendadas para proteger la vista. Mirar directamente al Sol, incluso durante un eclipse parcial, puede causar daños irreversibles en los ojos.
Es indispensable utilizar lentes especiales certificados para la observación solar, ya que las gafas de sol convencionales, sin importar su calidad, no ofrecen la protección adecuada. También deben evitarse métodos caseros como vidrios ahumados, negativos fotográficos o cámaras digitales, ya que no bloquean la radiación dañina.
Para quienes no cuenten con lentes especializados, existen métodos indirectos seguros para observar el fenómeno. Una opción es construir una cámara oscura, un dispositivo que proyecta la imagen del Sol de forma segura. Para fabricarla, se necesita una caja de al menos 60 cm de largo y 15 cm de ancho, papel aluminio, papel blanco, tijeras y cinta adhesiva.
Por otro lado, el Museo de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha desmentido algunos mitos relacionados con los eclipses solares. Por ejemplo, una de las creencias más extendidas es que las mujeres embarazadas deben usar un listón rojo alrededor del vientre para proteger al bebé de posibles afectaciones. No obstante, no existe evidencia científica que respalde esta afirmación.
Otro mito común es la idea de que los eclipses son una señal de malos augurios o acontecimientos desafortunados, pero los especialistas aclaran que estos fenómenos son procesos naturales que no tienen ninguna influencia en la suerte o el destino de las personas. Asimismo, es falso que la Luna sea más grande que el Sol y que por ello lo cubra; en realidad, el Sol es 400 veces más grande, pero su mayor distancia respecto a la Tierra crea la ilusión óptica de un tamaño similar.