Activista incansable y primera candidata presidencial, ella fue Rosario Ibarra

Su vida fue marcada por la desaparición forzada de su hijo Jesús.
Su vida fue marcada por la desaparición forzada de su hijo Jesús.
Rosario Ibarra.Su vida fue marcada por la desaparición forzada de su hijo Jesús.
Cuartoscuro
Nación321
2022-04-16 |14:02 Hrs.Actualización14:00 Hrs.

María del Rosario Ibarra de la Garza, siempre será recordada en el país por su incansable lucha por los derechos humanos en el país y también por ser la primera mujer candidata a la presidencia de la República en 1982 y en 1988, bajo el Revolucionario de los Trabajadores.

La vida de Rosario Ibarra quedó marcada por la desaparición forzada de su hijo Jesús Piedra Ibarra, acusado de ser presunto integrante del grupo guerrillero “Liga 23 de Septiembre”, quien en 1974, con solo 19 años, fue detenido de manera ilegal en Monterrey por agentes policiales que posteriormente lo entregaron a instancias castrenses. 

Fue a raíz de esta desaparición que Rosario inicia su lucha como activista, al comenzar por su cuenta con la búsqueda de su hijo Jesús, por la verdad y la justicia, pero convierte una lucha individual en una lucha colectiva sabedora de las numerosas madres que buscan a sus hijos o hermanos desaparecidos, bajo un gobierno autoritario y represivo, por lo que en 1977 funda el Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos, que sería conocido como el Comité ¡Eureka!. 

El objetivo de este grupo era exigir justicia y demandar el alto a la impunidad, esta organización de madres de desaparecidos surgió durante los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría. Desde su creación el Comité ha logrado encontrar a más de 148 personas desaparecidas con vida. Una de las frases que se le atribuye a dicho comité es “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”,

Dentro del Comité Rosario Ibarra realizó diversas huelgas de hambre en las que pedía amnistía para los presos políticos y la presentación con vida de los desaparecidos.

Debido a su lucha colectiva, el presidente José López Portillo en 1978 decidió promulgar la Ley de Amnistía, misma que se aprobaría en el Congreso de inmediato, con ello, se puso en libertad a mil 500 presos políticos, permitiendo el regreso de 57 exiliados al país y el desistimiento de más de 2 mil órdenes de aprehensión.

La lucha de Ibarra Piedra, también fue fundamental para que miembros de la guerrilla fueran juzgados conforme a derecho. Rosario y las madres de Eureka se enfrentaron a un régimen autoritario donde no había respeto a los derechos humanos, donde sus luchas estaban enmarcadas en el ámbito de terror de las desapariciones forzadas y la tortura de la llamada Guerra sucia. 

Como fruto de su trabajo, Eureka logró que se vincularse a organizaciones internacionales en París, Nueva York, Ginebra, La Haya, debido a la enorme experiencia adquirida en labores comunitarias.

En 2012 y con el impulso del Comité Eureka y el Colectivo Hijos México, Rosario Ibarra abrió el Museo Casa de la Memoria Indómita para reivindicar a personas víctimas de desaparición forzada, y desaparecidos por motivos políticos.

Gracias a la promoción que hizo en reformas constitucionales y legales a favor de los derechos humanos y en contra de la tortura y desaparición forzada, fue nominada al Premio Novel de la Paz en los años 1986, 1987, 1989 y 2006.

En 2019 se le concedió la medalla al mérito cívico “Eduardo Neri, legisladores de 1913”. En ese mismo año, a 44 años de la desaparición de su hijo, el Pleno del Senado de la República aprobó otorgarle la Medalla de Honor Belisario Domínguez, como un justo reconocimiento por su ardua labor como activista y defensora de los derechos humanos por más de cuatro décadas en favor de presos, desaparecidos y exiliados políticos.

Rosario Ibarra, fue madre de la actual titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), María del Rosario Piedra Ibarra, quien, compartió en 2019 el sentir de su madre: a “ella le hubiera gustado jamás haber recibido un reconocimiento, sino mejor ser una mujer desconocida, pero -a cambio- que su hijo estuviera a su lado y no desaparecido.

ROSARIO EN LA POLÍTICA

Ibarra de la Garza o mejor conocida como Ibarra de Piedra, también tuvo participación en la vida política del país, ya que fue diputada, senadora y asesora política. 

En dos ocasiones fue candidata a la Presidencia de la República en 1982 y 1988 por el ahora ya extinto Partido Revolucionario de los Trabajadores. 

En 1988 ante el triunfo de Carlos Salinas de Gortari, se unió a los reclamos de fraude electoral.

En 2012, el Gobierno de la Ciudad de México, entonces al mando de Marcelo Ebrard, puso su nombre en uno de los trenes que viajan en la llamada Línea Dorada, ella feliz acompañó al titular en un corrido a bordo de uno de los vagones.