AMLO, el 'Mayo Zambada', Salinas y otras portadas polémicas de Proceso

Estas ediciones del semanario son recordadas por su impacto mediático
Estas ediciones del semanario son recordadas por su impacto mediático
Portadas emblemáticas.Estas ediciones del semanario son recordadas por su impacto mediático
Especial
Nación321
2018-11-06 |06:02 Hrs.Actualización06:02 Hrs.
CREEMOS QUE IMPORTA POR...

Porque el semanario ha sido crítico con todas las administraciones federales

La más reciente edición de Proceso ha generado polémica, pues su portada está dedicada al presidente electo Andrés Manuel López Obrador. Pero ésta es tan solo la más reciente discusión generada por una edición del semanario. 

A continuación te presentamos otras portadas de Proceso que causaron un gran impacto mediático y posicionaron al medio fundado en 1976 por un grupo de periodistas encabezado por el difunto Julio Scherer García.

AMLO Y EL 'FRACASO'

La edición de Proceso de este 4 de noviembre presenta como artículo principal uno titulado "AMLO se aísla. El fantasma del fracaso". Por ello, el semanario recibió múltiples críticas por parte de seguidores del presidente electo. Incluso la esposa de López Obrador, Beatriz Gutiérrez, intercambió ideas sobre la libertad de expresión con el actual director del mismo, Rafael Rodríguez Castañeda.

RAFAEL CARO QUINTERO

En julio de 2016, la portada del semanario fue para una entrevista exclusiva con Rafael Caro Quintero, quien fue uno de los fundadores del extinto Cártel de Guadalajara. La polémica surgió porque Caro Quintero se encuentra prófugo de la justicia mexicana y estadounidense. 

En esa edición, el presunto narcotraficante asegura que él no mató al agente de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA por sus siglas en inglés) Enrique Kiki Camarena, cuyo asesinato desató la persecución por parte de autoridades de ambos países para desmantelar a la organización que lideraba junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo.

PEÑA NIETO Y TELEVISA

Un día después de la elección presidencial de 2012, Proceso publicó su edición con una portada que muestra el logo de Televisa con la banda presidencial. El artículo principal de esa ocasión, firmado por Jenaro Villamil, plantea que el triunfo del priista Enrique Peña Nieto, el actual presidente, fue el resultado de una imposición por parte de poderes fácticos como el que representa Televisa. 

Proceso calificó el triunfo de Peña como "un multimillonario espectáculo que comenzó hace años"

EL MAYO ZAMBADA

El fundador de Proceso, Julio Scherer, apareció en la portada de la edición del 4 de abril de 2010 junto a Ismael Zambada García, alias el Mayo, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, junto a Joaquín el Chapo Guzmán (quien actualmente enfrenta un juicio en territorio estadounidense). 

La aparición del Mayo junto a Scherer generó polémica porque, además de ser uno de los más antiguos líderes de la delincuencia organizada, México se encontraba en medio de la llamada guerra contra el narco, que inició durante el gobierno del expresidente Felipe Calderón. El veterano periodista, quien murió en 2015, narró que tuvo que pasar múltiples filtros de seguridad para encontrarse con Zambada en una sierra, y éste le aseguró que vivía a salto de mata para eludir a las autoridades.

RAÚL SALINAS

Raúl, el hermano del expresidente Carlos Salinas de Gortari, apareció en la portada de Proceso en noviembre de 1994, junto con el titular "El hermano incómodo". 

Ese mote se quedó para Raúl Salinas, quien en 1995 (ya en el gobierno del expresidente Ernesto Zedillo) fue arrestado por los cargos de lavado de dinero y por ser autor intelectual del asesinato de José Francisco Ruiz Masieu, exsecretario general del PRI, que fue asesinado en septiembre de 1994.

EL INICIO

La primera edición de Proceso fue publicada el 6 de noviembre de 1976. Sus fundadores fueron Julio Scherer y decenas de periodistas que meses antes salieron del diario Excélsior, debido a lo que han llamado un "golpe injerencista" por parte del gobierno del entonces presidente Luis Echeverría.

Desde su aparición, el semanario ha mantenido una línea crítica, y a lo largo de los años ha acusado presiones por parte de funcionarios de diversos niveles y también por parte de la delincuencia organizada, por su cobertura periodística del narcotráfico y la violencia que ha generado en México.