En México, alrededor de 32 mil consultorios adyacentes a farmacias son ilegales; sin embargo, expertos aseguran que se han convertido en una alternativa para desahogar el sistema de salud público.
De acuerdo con la Unión Nacional Interdisciplinaria de Farmacias, Clínicas y Consultorios (Unifacc) cuatro de cada 10 pacientes que se atienden en los consultorios adyacentes, cuentan con un seguro médico del IMSS, ISSSTE o algún hospital federal, pero evitan ir a esas instituciones porque la atención puede tardar desde ocho horas, un par de semanas o hasta meses de espera para una cita.
¿De verdad los consultorios en farmacias resuelven la atención médica en México?
El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, acusó que estos establecimientos ponen en riesgo la salud y la vida de los mexicanos, debido a que no hay especialistas que atiendan padecimientos crónicos. Expertos en materia de salud entrevistados por Nación 321 explicaron cuáles son los beneficios y las problemáticas de estos servicios médicos de primer contacto.
En México no hay un dato preciso de cuántos Consultorios Adyacentes a Farmacias (CAF) existen e incluso las cifras distan mucho una de otra, por ejemplo, la Anafarmex reporta que hay alrededor de 18 mil de estos establecimientos; Cofepris estima que hay 45 mil 794 que cuentan con los permisos de la Comisión, a estos se suman 32 mil que estarían en la ilegalidad según la Unifacc.
Pese a la incertidumbre en los datos, Antonio Pascual Feria, presidente de la Anafarmex, aseguró que es inviable desaparecer los CAF “cuando no hay una garantía universal de atención (médica) a toda la población”, toda vez que atienden a gran parte de la ciudadanía que no cuenta con seguridad social y tienen una función complementaria.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), solo 26 por ciento de los mexicanos tienen acceso a una institución de atención médica pública, como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) o el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).
“Los CAF no están desplazando ni compitiendo con el sector institucional; están haciendo una labor de complemento ante la demanda que hay de atención para males menores”, dijo Pascual Feria en reacción a las declaraciones de López-Gatell.
En este sentido, Angélica Flores, médico general que da consulta en uno de estos establecimientos, asegura que las personas prefieren atenderse en consultorios de farmacias antes de acudir a un centro de salud o directamente al hospital, por falta de dinero y por la saturación en hospitales.
Agregó que mientras las consultas aumentan, las farmacias también han registrado un alza del 90 por ciento en la venta de medicamentos para enfermedades respiratorias, sobre todo de antivirales y antibióticos.
La doctora María del Sol Alamilla, especialista en medicina en la Universidad La Salle, señaló que este tema tiene muchas vertientes, por un lado, dice, “no podemos ponernos en la postura de que no funcionan y castigar a los consultorios de farmacias, pero tampoco podemos decir que son completamente seguros".
Sin importar el nivel socioeconómico, las personas acuden a estos establecimientos de salud para resolver “en un primer momento o como primer contacto” afecciones de medicina general, esto, dice la especialista, se ha convertido en un apoyo para los huecos del sistema de salud público bajo ciertas condiciones.
"En un primer momento, las farmacias apoyaban este vacío y ayudaron al proceso de atención al que toda la gente tenemos derecho pero, por otro lado, sí son empresas que tienen interés en vender los medicamentos que ofrecen y puede prestarse a la sobreventa de medicamentos que a lo mejor el paciente no requiere”.
Sin embargo, la especialista de La Salle sugiere no tomar una postura totalitaria sobre los CAF.
Para Andrés Castañeda, coordinador de las causas de salud de la Organización Nosotrxs, es necesario respaldar e impulsar el mejoramiento de los consultorios médicos privados, como los que se encuentran en las farmacias, pues esto puede impactar en la mejora del sistema de salud mexicano que carece de la infraestructura para atender adecuadamente a la ciudadanía.
Contrario a lo que dijo el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, los consultorios médicos que se encuentran anexos a una farmacia “deben ser incentivados e involucrados en el sistema de salud público de México y no señalados por su 'mal' funcionamiento".
Aunque los consultorios adyacentes a farmacias están regulados por la Cofepris, Andrés Castañeda menciona que también hay deficiencias, por ejemplo, “no es un secreto que los médicos reciben un incentivo por recetar medicamentos para que se adquieran en la farmacia anexa”.
Dijo que también resulta necesario regular el manejo de la información de estos establecimientos, para llevar el control estadístico de las enfermedades que presentan los pacientes y las acciones preventivas de salud que se llevan a cabo.
Durante el auge de la pandemia por COVID-19, la Asociación Nacional de Farmacias de México (Anafarmex) dio a conocer que durante la tercera ola, las atenciones en estos consultorios subieron un 10 por ciento.
El reporte elaborado por la asociación detalló que de los casos positivos reportados, 95 por ciento recibió atención médica.
En tanto, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 sobre COVID-19 reportó en qué instituciones se atendieron las personas contagiadas:
-23.3 por ciento en el IMSS
-22.2 por ciento en consultorios de médico privado ubicados en domicilios particulares
-16.4 por ciento en centro de salud u hospital de la Secretaría de Salud
-19.9 por ciento en consultorios adyacentes a farmacias
-5.5 por ciento en consultorio dentro de un hospital privado
-3.2 por ciento en otros servicios privados.
Los principales motivos para acudir a esos servicios fueron la afiliación y la cercanía. Aunado a esto, se estima que el gasto promedio en medicamentos fue de 450 pesos.