El suicidio ha sido calificado por especialistas de salud como la otra pandemia presente en el mundo. Cada año, más de 700 mil personas se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que equivale a una muerte cada 40 segundos, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En México las defunciones por esta causa han escalado. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) registró en 2021, 8 mil 447 fallecimientos por lesiones autoinflingidas, 500 más que en 2020 y mil 200 más que en 2019.
Aunque el mayor número de casos se concentra en hombres de 18 a 29 años, toda la población está en riesgo. El instituto alertó que el índice aumenta conforme las personas se acercan a los 80 años, además de que el número de casos en niños, niñas y adolescentes fue de mil 150 en 2020, casi el triple de los registrados por COVID-19 en el mismo año. En cuanto a las mujeres, son las que más intentos cometen a diferencia de los hombres.
Al respecto, la doctora Eunice Itzel Valle Arteaga, subdirectora médica del Hospital de Psiquiatría “Morelos” de Ciudad de México, dijo que cuando una persona sienta que es sobrepasada por conflictos pida ayuda y evite que esa situación evolucione.
"Lo pertinente es buscar ayuda profesional, donde se identificarán las necesidades de la persona a fin de llegar al tratamiento y manejo más adecuado", aclaró.
Señaló que el IMSS cuenta con la Orientación Médica Telefónica en Salud Mental, a través del número 800 2222 668, opción 4, de lunes a viernes de 08:00 a 20:00 horas.
Y que para lograr apoyar de manera oportuna a las personas con riesgo y conducta suicida, es necesario identificarlas en etapas tempranas y solicitar el apoyo de un profesional de salud mental para un manejo oportuno en donde se establezcan las pautas para su atención adecuada.
"El suicidio se define como aquél acto deliberadamente realizado por una persona en pleno conocimiento o expectativa de su desenlace fatal, y que ante la incapacidad de poder identificar otras alternativas, tiene el sentido de salir de un problema o crisis que genera un gran sufrimiento", señaló.
Recomendó que cuando una persona sienta que es sobrepasada por conflictos de su vida, pida ayuda y evite que esa situación evolucione. En segundo lugar, dijo, aprender de nuestro cuerpo, de nuestras emociones, de nuestras habilidades y límites; así como ser conscientes que todos en algún momento podemos necesitar ayuda.
"En tercer lugar, se deben conocer los factores de riesgo más importantes para el riesgo suicida, como antecedentes de un suicidio consumado en la familia, antecedentes propios de un intento suicida, ideas de muerte o ideación suicida, factores genéticos, género, edad, estado civil y situación económica", dijo.
Precisó que las mujeres intentan más lastimarse que los hombres; sin embargo, ellos tienen una mayor incidencia de suicidios consumados. Se tienen dos picos de suicidios, en los jóvenes y las personas de la tercera edad.
“El estado civil, las personas solas o divorciadas tienen unos puntos adicionales en cuanto al riesgo suicida. Además, una situación económica comprometida nos puede acercar a ver el suicidio como la única opción. También la orientación sexual alternativa, no por la misma orientación en sí, sino porque muchas veces se ven agredidos o las personas ven con prejuicios esa orientación sexual”, agregó.
Refirió que identificar las señas más frecuentes que acompañan al riesgo suicida son: cambios en los hábitos de alimentación y del sueño de una manera drástica, pérdida de interés en las actividades habituales, aislamiento social, uso de alcohol y otras drogas, descuido significativo del aspecto e higiene personal, exposición a situaciones de riesgo de manera innecesaria, preocupación o interés acerca de temas para hacerse daño o lastimarse, hablar de la muerte constantemente, entre otros.
Eunice Itzel Valle Arteaga externó que si familiares o amigos identifican cambios abruptos en un ser querido sobre la manera de conducirse, vestirse, comportarse, aislamiento, irritabilidad, explosividad, melancolía, inicio o incremento en el consumo de alcohol y sustancias, la pérdida de un ser querido, un trabajo o problemas de pareja, es necesario acercarse a ellos y preguntar sobre una posible ideación suicida.
“Recomendamos hacerlo de manera gradual. Algunas preguntas que nos puedan resultar útiles son precisamente: ¿Cómo estás? ¿Cómo has estado? ¿Te sientes triste? ¿Te has sentido mal o cómo te has sentido últimamente? ¿Cómo te sientes en compañía de las personas que te rodean? ¿Qué piensas del futuro?”, explicó.
La especialista del IMSS añadió que si las respuestas orientan a pensar que ese amigo o familiar la está pasando mal, se puede continuar con otros cuestionamientos como: ¿Qué has pensado hacer al respecto? ¿Cómo es tu sentir verdadero? ¿Has pensado en lastimarte o en hacerte algún tipo de daño? Si la respuesta es afirmativa, hay que buscar ayuda.
“Lo pertinente es buscar ayuda profesional, donde se justificarán e identificarán todas las necesidades de la persona y de esa manera podremos llegar al tratamiento y manejo más adecuado”, aclaró.
El Hospital de Psiquiatría “Morelos” durante 2022 ha atendido en materia de salud mental a 7 mil 160 pacientes en admisión continua, 2 mil 511 consultas de primera vez y 4 mil 564 consultas subsecuentes.