Encuentran el mayor tesoro Maya en Yucatán, ¿qué había?

Los restos datan de hace mil años y al parecer eran utilizados para ceremonias rituales
Los restos datan de hace mil años y al parecer eran utilizados para ceremonias rituales
Tesoros.Los restos datan de hace mil años y al parecer eran utilizados para ceremonias rituales
INAH
Nación321
2019-03-05 |10:46 Hrs.Actualización10:46 Hrs.


CREEMOS QUE IMPORTA POR...

Porque la cultura prehispánica de nuestro país es valorada en todo el mundo 

Especialistas del proyecto Gran Acuífero Maya (GAM), a través de su línea de estudio Chichén Itzá Subterráneo, han documentado uno de los hallazgos más importantes en la historia de la investigación de esta antigua ciudad maya. 

Se trata de Balamkú, “la cueva del dios jaguar”, en cuyo interior se han registrado cientos de objetos arqueológicos de hace mil años y que eran utilizados en ceremonias rituales.

 

Se registraron siete ofrendas registradas y se encontraron 200 incensarios, muchos de ellos con la representación del dios del agua, Tláloc (característico por sus bigoteras y anteojeras), una divinidad cuyo culto, en algún momento aún no precisado, “viajó” del centro de México a la península de Yucatán.

Los incensarios y vasijas que aparecen con estalagmitas, conservan aún restos carbonizados, alimentos, semillas, jade, concha y huesos, entre otros elementos ofrendados que servirán para datar no sólo con mayor exactitud estos depósitos.

En conferencia de prensa, realizada en la sede del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en Ciudad de México, Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología, y Guillermo de Anda, director del GAM, detallaron que este espacio se ubica a 2.7 kilómetros al este de la Pirámide de El Castillo o Templo de Kukulcán, y fue descubierto fortuitamente en 1966 por ejidatarios de la comunidad San Felipe: Eleuterio, Mariano y Esteban Mazón; Ermilo, Jacinto y Pascual Un Noh.

 

Pese a su descubrimiento, la cueva permaneció inalterada por más de cinco décadas, dado que el arqueólogo Víctor Segovia Pinto consideró tapiar la entrada de la cueva poco después de su hallazgo. 

De acuerdo con los investigadores encargados del proyecto, ste es el mayor descubrimiento en la zona desde el hallazgo de la cueva de Balamkanché, en la década de los 50, de donde se extrajeron alrededor de 70 incensarios, entre otros materiales, sin llevar a cabo su análisis.

“Balamkú ayudará a reescribir la historia de Chichen Itzá, en Yucatán. Los cientos de artefactos arqueológicos, pertenecientes a siete ofrendas documentadas hasta ahora, se encuentran en un extraordinario estado de preservación. Debido a que el contexto se mantuvo sellado por siglos, contiene información invaluable relacionada con la formación y caída de la antigua Ciudad de los Brujos del Agua, y acerca de quiénes fueron los fundadores de este icónico sitio”, expresó Guillermo de Anda.

El difícil acceso y la morfología de la cueva son cualidades que tenían los lugares sagrados y para realización de ceremonias, por ello, los investigadores creen que todo el material encontrado era para ese uso.