Porque la afluencia de visitantes durante la primavera también causa daños en las zonas arqueológicas
Investigadores del INAH desmitificaron uno de los eventos más populares sobre la cultura maya y que cada año atrae a miles de turistas de todo el mundo a Yucatán.
Se trata del famoso descenso de la serpiente Kukulkán por la piramide El Castillo, en la zona arqueológica de Chichén Itzá, cuya tradición popular dice que este fenómeno ocurre dos veces año, justo durante el equinoccio de primavera y el de otoño, aunque el primero es el más difundido.
Supuestamente, los mayas construyeron esta piramide basándose en sus conocimientos astronómicos por lo cual este fenómeno visual que marca la entrada de la estaciones estuvo contemplado desde su inicio.
Sí, todos sabemos que esto suena impresionante y aquí te dejamos una explicación en video sobre el mismo hecho para que te emociones más.
Increíble, ¿no?
Pues resulta que dos investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informaron que este evento es solo un mito pues no fue pensado originalmente por los mayas.
"El juego de luces y sombras en El Castillo de Chichén Itzá, durante el equinoccio de primavera, inició hace unas décadas con las publicaciones de Jean Jacques Rivard y Luis E. Arochi, señalando que este fenómeno fue conscientemente diseñado por los mayas, lo cual es falso"
Esta declaración fue hecha por los doctores Ivan Šprajc y Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del INAH, durante la VIII Mesa Redonda de Palenque, encuentro organizado por la dependencia federal y que durante cuatro días agrupó a los mejores investigadores de la cultura maya.
Los investigadores señalaron que "con base en los estudios arqueoastronómicos emprendidos en 106 sitios del área maya, y de los que obtuvieron 305 orientaciones, es posible afirmar que la mayor parte de ellos guarda conexión con los cuartos de año, días que junto con los solsticios dividen el año en cuatro partes iguales", informó el INAH en un comunicado.
A partir de los resultados hasta ahora obtenidos, Šprajc adelantó que en los edificios medidos, los patrones arquitectónicos son de carácter solar y su funcionalidad es indudablemente en el sentido este-oeste, es decir, que lo que observaban los mesoamericanos, en general, eran las salidas y puestas de sol, indicó el INAH.
"Pero también nos ha quedado claro que los fenómenos equinocciales son poco probables, difícilmente los pudieron haber registrado porque no lo indican los edificios. No hemos encontrado ningún patrón en las numerosas estructuras que hemos medido, que se refiera expresamente al equinoccio"
¿Qué significa todo esto?
Que los mayos sí crearon estructuras que tiene orientaciones astronómicas, especialmente del tipo solar, pero que sus construcciones no guardan relación con los equinoccios, por lo tanto este fenómeno del descenso de la serpiente por la piramide de Chichén Itzá no fue planeado.
Los investigadores "llamaron a divulgar esta información, como una medida de conservación ante la gran afluencia de visitantes a las zonas arqueológicas, durante el equinoccio" de primavera, concluye el comunicado del INAH.