Porque Lydia Cacho denunció una red de pornografía infantil
El Primer Tribunal Unitario, con residencia en Quintana Roo, giró una orden de aprehensión en contra de exgobernador poblano Mario Marín y del empresario José Kamel Nacif, esto por el delito de tortura en agravio de la periodista Lydia Cacho.
Otro al que también le libraron orden de aprehensión por este caso fue al exsubsecretario de Seguridad Pública de Puebla, Hugo Adolfo Karam Beltrán.
El 11 de abril, la titular del Tribunal, la magistrada María Elena Suárez, revocó un acuerdo del Juzgado Segundo de Distrito de la entidad, el cual negó librar el mandamiento judicial.
Foto: Lydia Cacho
Ante ello, ordenó al Ministerio Público Federal iniciar la búsqueda de los imputados, mientras que el juez tendrá que efectuar los trámites correspondientes para suspender los derechos políticos de los inculpados.
La orden de aprehensión forma parte de la causa penal número 26/2018, en la cual se le imputa al exgobernador poblano y a Kamel Nacif el delito de tortura en contra de Lydia Cacho, detenida en 2005, tras publicar el libro Los Demonios del Edén.
LA HISTORIA
En 2005, Lydia Cacho presentó el libro Los demonios del edén en el cual, gracias a una investigación periodística, exponía la existencia de una red de pederastas que contaba con la participación y protección de políticos mexicanos y empresarios.
Ese mismo año, en diciembre, la periodista fue detenida en Cancún por la policía judicial poblana acusada de difamación y calumnia en contra del empresario Kamel Nacif, quien aparecía en el libro de Cacho como uno de los personajes que protegían al pederasta Jean Succar Kuri.
Cacho fue trasladada vía terrestre hasta la ciudad de Puebla en medio de amenazas y agresiones en su contra. Logró su libertad tras pagar una fianza de 70 mil pesos.
En ese tiempo, el gobierno de Puebla estaba en manos de Mario Marín, el gober precioso, quien se hizo acreedor a ese apodo después de que se filtraran las llamadas en las que él y el empresario Kamel Nacif hablaban sobre la detención de Lydia Cacho como un "coscorrón".