Porque la epidemia no cesa y los hospitales de las grandes ciudades están al borde del colapso
José Martín Chávez Enríquez perdió a gran parte de su familia por la pandemia de COVID-19. Tíos, primos y su propia madre murieron tras contraer la enfermedad luego de que asistieran a un funeral.
“No he tenido tiempo ni de llorar, estoy como pasmado. Mi mamá murió antier, mi papá todavía lo tengo enfermo en casa y mi hermana, ya logró salir adelante. No sé de dónde me salen fuerzas para seguir con esto”, expresó Chávez Enríquez a Milenio.
Chávez Enríquez, de 32 años, narró que en el 2020 un tío lejano murió de COVID-19 y gran parte de la familia acudió al velorio, el cual se llevó a cabo en Cuautitlán Izcalli, Estado de México. Días después, cada uno de los integrantes de la familia fue enfermando.
“El virus arrasó, acabó con casi toda la familia. Fueron enfermando y muriendo. Mi mamá de 62 años estuvo en cama, pero se puso grave y la tuve que llevar al Hospital Vicente Villada (en Cuautitlán), no logró sobrevivir y falleció el viernes. La incineré y tengo sus restos en mi casa, porque ni tiempo de ir al panteón”, explicó.
El joven ha ocupado cerca de 80 mil pesos para hacer frente a la enfermedad de sus familiares cercanos, pero el resto de su familia ha gastado cerca de 200 mil.
“Accedí a la entrevista porque quiero que toda la gente se entere y vean lo importante es cuidarse y protegerse de esta enfermedad", expresó.