Saúl, Rubén, Miroslava y Margarito, separados en el tiempo y la distancia, sus voces fueron silenciadas, al igual que las de al menos 160 periodistas y comunicadores más, quienes han sido asesinados en México desde diciembre del año 2000.
De acuerdo con datos de la organización Artículo 19, desde arranque del sexenio del panista Vicente Fox Quesada (2000-20016), estas muertes se han disparado, llegando al actual gobierno, del presidente Andrés Manuel López Obrador, con hasta 47 crímenes, según la organización.
Pero, ¿por qué matan a los periodistas? Lastimosamente hay muchos casos que lo podrían explicar.
Uno de ellos se reveló en marzo de 2022, cuando un hombre identificado como Cristian Adán 'N', alias 'Cabo 16', fue detenido y le confesó a la Fiscalía de Baja California que meses atrás, en enero de ese mismo año, había mandado a matar al fotoperiodista Margarito Martínez Esquivel, por 40 mi pesos.
El criminal aseguró que el homicidio se debió a que consideraba que las publicaciones de Martínez Esquivel “estaban contribuyendo al desprestigio de su célula delictiva”. Así se comprobó que el asesinato ocurrió por su labor periodística.
Margarito Martínez / Cuartoscuro
Que van 20, 47 o 32, en México los conteos de periodistas asesinados chocan entre sí. Por ejemplo, a penas este 9 de julio la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana informó que en el actual sexenio han asesinado a 20 periodistas, información que difiere con el conteo de Artículo 19, que suma 47 en el mismo periodo de tiempo, ya que también considera dentro de sus listas a conductores de radio, fotoperiodistas y algunos bloggers que difunden información noticiosa.
Si consultamos otros organismos, como Reporteros Sin Fronteras o Amnistía Internacional, también hay cifras encontradas.
Pero lejos del número, habría que preguntarse qué nos dicen estas, por ejemplo, cuáles estados de la República son los más violentos para la libertad de expresión y qué tan funcionales han sido los mecanismos de protección para periodistas, así como las políticas públicas para garantizar este derecho y la vida de quienes se ven relacionados directamente con su ejercicio.
Tomando como base los datos de Artículo 19, de los 164 periodistas y comunicadores asesinados de diciembre del año 2000 a la fecha, el estado con mayor número de homicidios de este tipo es Veracruz, con el 18% (31 crímenes), seguido por Guerrero con 10% (17), así como Chihuahua, Oaxaca y Tamaulipas, con el 9% (15 delitos), cada uno.
En tanto, sexenio por sexenio, las cifras quedan así:
Cuartoscuro
Buenas intenciones, ha habido muchas. Al detectarse el crecimiento de crímenes contra la prensa, el 22 de junio de 2012 el expresidente Felipe Calderón promulgó la ley por la que se creó el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, que establece la cooperación entre el gobierno federal y los estados para proteger la integridad psicológica, moral o económica de estas personas, así como la de sus familias y la de organizaciones o movimientos sociales en los que participen.
No obstante, este mecanismo no ha sido suficiente en muchas ocasiones. Ello lo han denunciado organizaciones como Amnistía Internacional y el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), que consideran que "México es el país más peligroso del hemisferio occidental para periodistas".
Un ejemplo de ello, han señalado ambas organizaciones, es el caso del periodista Rubén Pat Cahuich, quien fue asesinado el 24 de julio de 2018, en un bar de Playa del Carmen, Quintana Roo, donde recibió seis disparos.
Pat Cahuich, quien era director del Semanario Playa News, había publicado información que presuntamente vinculaba a funcionarios locales con grupos criminales. Contaba con el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, pero su asesinato no pudo evitarse.
Rubén Pat Cahuich / Especial
Uno de los casos mas controversiales ocurrido durante el sexenio del priista Enrique Peña Nieto, fue el asesinato de la periodista Miroslava Breach Velducea, que tuvo lugar la mañana del 23 de marzo de 2017, en Chihuahua, cuando un sujeto armado la atacó al salir de su casa, cuando se alistaba para llevar a uno de sus hijos a la escuela.
Según las indagatorias, le quitaron la vida de al menos ocho disparos.
Miroslava cubría temas de narcotráfico, era corresponsal de La Jornada y colaboraba con el periódico El Norte de Chihuahua. Las indagatorias revelaron que la mataron por denunciar los vínculos existentes entre los cárteles y grupos políticos de Chihuahua, en el marco de las elecciones locales.
Tres años después, en 2020, se produjo una primera condena por el caso y uno de los autores del crimen, Juan Carlos Moreno Ochoa, 'El Larry', fue declarado culpable y se le impuso una pena de 50 años de prisión. En 2021, el exalcalde de Chínipas, Hugo Amed Schultz, también fue condenado a 8 años de prisión por su participación en el asesinato.
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Como el caso de Miroslava, organizaciones han advertido que en México la prensa corre peligro por la existencia de grupos del crimen organizado.
El CPJ consideró en un comunicado emitido en abril pasado que "la mayoría de las amenazas y los ataques están relacionados con la lucha que el país libra con grupos criminales violentos, la militarización de la denominada 'guerra contra las drogas' y la inacción de los organismos encargados de hacer cumplir la ley".
En este sentido, ha advertido que, "además de los asesinatos y las desapariciones, en México los y las periodistas hacen frente a constantes amenazas, hostigamiento y abusos físicos y psicológicos, tanto por parte de funcionarios públicos como de miembros de grupos de delincuencia organizada" e incluso "el propio mecanismo ha observado que funcionarios públicos son responsables de casi la mitad de los ataques de los que tiene constancia contra periodistas en México" ¿Qué quiere decir esto? Que a los periodistas no los cuida el aparato de gobierno.
Un ejemplo es Miroslava Breach, pero también lo ocurrido durante el gobierno de Javier Duarte en Veracruz, que arrancó en diciembre de 2010 y concluyó de forma anticipada a finales de 2016, cuando literalmente dejó el cargo ante una serie de señalamientos negativos en contra de su gestión.
Aunque hay mucho que contar sobre los señalamientos a Duarte, esta vez vale la pena recordar que, en su gobierno, el estado llegó a sumar 18 periodistas asesinados y 4 desaparecidos. Tras irse del poder, muchos periodistas sobrevivientes declararon que constantemente se repetían “nos van a matar”.
Los crímenes contra la prensa durante el gobierno de Javier Duarte permanecen impunes: 17 periodistas asesinados y 3 más desparecidos. pic.twitter.com/04mOvuIR7X
— ARTICLE 19 MX-CA (@article19mex) June 27, 2017
Una tercera razón para explicar los crímenes contra periodistas, además del clima de violencia y la inacción de las autoridades, según organismos defensores de derechos humanos, es el discurso de odio desde el estado contra quienes defienden la libertad de expresión.
La organización Reporteros Sin Fronteras, por ejemplo, ha advertido que el presidente López Obrador y otras figuras destacadas del Estado "han adoptado una retórica tan violenta como estigmatizante contra los periodistas, a los que acusan regularmente de apoyar a la oposición".
"Cada miércoles, el gobierno organiza una sesión de '¿Quién es quién en las mentiras de la semana?', un espacio más en el que se intenta desacreditar a la prensa (...) el presidente ha criticado a los periodistas por su falta de profesionalidad y ha calificado a la prensa mexicana de 'parcial'. 'injusta', y de 'desecho del periodismo'", acusó el organismo en su informe sobre México.
Antonio Martínez Gutiérrez, director adjunto del diario 'El Imparcial', de Matamoros, Tamaulipas, fue asesinado en marzo de 2001. Fue el primer comunicador ultimado en el sexenio del panista Vicente Fox Quesada.
Como editor, impulsó la cobertura de temas relacionados con delincuencia organizada, tráfico de migrantes y presuntos actos de corrupción del Gobierno de Tomás Yarrington Rubalcava.
Debido a la violencia con que fue asesinado, pues previamente a hallar su cuerpo sin vida fue 'levantado', la cobertura de los tres temas pudo sugerir la razón de su asesinato, sin embargo, han pasado 24 años y no se sabe quién lo mató ni por qué.
En este sentido, vale la pena decir que al día de hoy no hay una cifra oficial que dé seguimiento de las investigaciones abiertas por periodistas asesinados, sin embargo, un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) señala que en nueve de cada diez casos de periodistas asesinados en América Latina y el Caribe, los asesinos salen impunes.
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