Mausoleo Tiresas: Dignificar a las mujeres trans incluso después de la muerte

Desde su muerte en 2026, amigas de Paola Buenrostro han buscado justicia
Desde su muerte en 2026, amigas de Paola Buenrostro han buscado justicia
Lucha.Desde su muerte en 2026, amigas de Paola Buenrostro han buscado justicia
Especial
Nación321
2023-10-31 |21:34 Hrs.Actualización21:59 Hrs.

"Me quitaron la vida
Me la arrebataron
Terminaron los sueños
Aquella ilusión
Desde aquí en el cielo
Donde estamos los muertos
Ya no llores, te pido
En esta canción..."

«Natalia Lafourcade»

¿Y tú qué piensas de la muerte? El verso anterior es una de las estrofas de la canción 'Que la vida vale', de la cantautora mexicana Natalia Lafocurcade. Narra la historia de una mujer a la que asesinaron y que, en el 'más allá', cuenta su historia de dolor, con la petición a sus seres queridos de vivir con la consciencia de que la vida puede terminar en cualquier momento. 

Lejos del arte, la historia se reencarna día a día; eso le pasó a Paola Buenrostro, mujer transgénero, la noche del 30 de septiembre de 2016.

El asesinato de Paola caló hondo y mostró diferentes vértices de un problema que lastima a la comunidad de la diversidad sexual: la visibilización de los transfeminicidios, pues, luego de años de lucha, fue el primer caso que autoridades indagaron bajo esa tipificación. 

Pero su muerte también fue la semilla que germinó en un proyecto que busca dignificar a las mujeres trans, incluso después de su muerte: hablamos del Mausoleo Tiresias, un lugar de descanso exclusivo para víctimas de transfeminicidio.

Se trata de un proyecto que tiene cabida en el panteón de San Lorenzo Tezonco, en la alcaldía Iztapalapa, Ciudad de México. Ahí se erige una pequeña construcción que tiene capacidad para albergar 142 nichos y 6 ataúdes

La estructura se cimenta sobre la muerte pero también sobre la esperanza de atender las deudas que la sociedad y gobierno tienen con este sector, al menos así lo declaró la activista por los derechos de mujeres trans, Kenya Cuevas, impulsora del proyecto, quien en la tumba de su mejor amiga Paola, víctima de transfeminicidio, prometió honrar su memoria con cambios en la sociedad.

Los ladrillos que sostienen el Mausoleo tienen una porción de la promesa de Kenya le hizo a su mejor amiga, quien pereció en sus brazos en la calle Puente de Alvarado, esquina con Aldama, en la Ciudad de México.

El cuerpo de Paola no superó los tres impactos de arma de fuego que detonó un hombre que previamente la había recogido en esa esquina en la que ambas mujeres ejercían trabajo sexual. 

"Hace siete años, en este mismo panteón, le prometí a Paola que yo no iba a descansar hasta lograr un cambio en el sistema", un cambio que ahora cuenta con gavetas, exclusivamente construidas para asegurar un descanso digno para el sector. 

"Paola, tu nombre se ha vuelto un símbolo de indignación que ha cruzado fronteras por conseguir justicia. Tu muerte ha sombreado esperanza para nosotras las mujeres trans, nos hemos vuelto visibles. Aún nos falta un camino que recorrer y batallas que ganar, pero nuestra mayor venganza es que seamos felices", afirmó la activista Kenya Cuevas.

Flanqueada por los colores azul y rosa claros, así como por blanco, los tonos de la bandera trans, este espacio acoge los restos de mujeres trans asesinadas y, sobre todo, evita que, ante de el desinterés social y el desprecio familiar, los restos de estas mujeres acaben en fosas comunes, donde terminen siendo 'una más'. 

"Es una oportunidad para que después de la muerte nos recuerden como fuimos, lo que hicimos, con alegría, también tristeza. Pero que tenga nuestro nombre, el que elegimos y no nos olviden. A mí los panteones me traen muy malos recuerdos de violencia. Sé que si muero me gustaría estar aquí con todas mis hermanas", afirmó Kenya Cuevas al portal Presentes.

Desde 2016, Kenya Cuevas ha dedicado sus esfuerzos a recuperar cuerpos de sus compañeras trans fallecidas, cuyos restos no son reclamados por familiares o amigos; la mujer se ha sentado a lado de sus cajas, ha organizado y acompañado los procesos funerarios y ha procedido a darles una sepultura digna y acompañada, uno de los objetivos que sigue este proyecto. 

En la inauguración de este espacio de la diversidad, la entonces alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, afirmó que este lugar alberga, además, la idea de "anteponer el amor al odio y la violencia".

UN ASESINATO QUE MARCÓ LA LEY 

En 2016, cuando fue reportada el asesinato de Paola Buenrostro, la Fiscalía capitalina no investigó el caso como lo que era: un transfeminicidio. Pero Kenya no reparó en esfuerzos y en ganas de luchar para que su mejor amiga tuviera justicia. 

Incluso, en enero del 2020, Cuevas se metió a un féretro y, desde su interior, protestó a las afueras de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para exigir que se diera seguimiento al caso, pues acusaba omisiones y falta de interés de las autoridades encargadas de investigar el transfemicidio. 

Luego de 5 años de pelea legal, Cuevas logró no sólo que el asesinato de Paola fuera reconocido e investigado como el primer transfeminicidio, además consiguió la disculpa pública de la fiscal de la Ciudad de México, Ernestina Godoy tras reconocer que la dependencia a su cargo no llevó a cabo los procedimientos apegados al protocolo, lo que derivó en el entorpecimiento de la indagatoria y la potencial justicia:

"La Fiscalía reconoce su responsabilidad institucional y ofrezco una disculpa pública a la memoria de Paola Buenrostro y a su familia y a Kenya Cuevas", dijo públicamente la fiscal Godoy.

Fue una lucha por demás necesaria en México, el segundo país del planeta que registró más transfeminicidios (649) de 2008 a 2022, de acuerdo con datos de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCDMX).

"No murió con motivo de un homicidio convencional, sino fue un transfeminicidio, término introducido por primera vez en la Recomendación 02/2019, para denunciar que el texto legal invisibiliza los patrones de violencia extrema hacia mujeres trans que requieren medidas especiales para su investigación y reparación del daño", añadió Kenya al saber que iba cumpliendo su palabra.

Hasta abril del 2023, autoridades capitalinas ofrecían una bolsa de 500 mil pesos a quien aportara información que ayudara a detener a Arturo Felipe Delgadillo Olvera, el transfeminicida de Paola, quien por omisiones y lagunas legales, fue liberado y sigue prófugo 6 años después del crimen de odio que le arrebató la vida a una mujer trans.

Si bien el delito sigue impune, Kenya Cuevas de ha encargado de pavimentar el camino para que tanto Paola como otras mujeres trans víctimas de crímenes de odio tengan paz y dignidad en la muerte y que algún día sus casos sean resueltos... que consigan justicia.