Roomibot COVID-19 podría ser la solución a miles de contagios. Es el que se encargaría del primer contacto, en hospitales públicos y privados, con personas que tengan síntomas provocados por la nueva cepa de coronavirus.
Es sencilla, pero vital su contribución: hace un cuestionario verbal, mide signos vitales y determina si el paciente amerita pasar a un segundo nivel de revisión médica.
Aldo Luévano, director general de la empresa mexicana Room_e, comandó el trabajo de 60 jóvenes de la UNAM, el IPN y la Universidad La Salle, así como con la colaboración de los infectólogos Iván Alcántara y Javier Villagroy, para crear un robot humanoide que identifica casos sospechosos de COVID-19, más no diagnostica, con lo cual no sustituye a los médicos.
“La contribución de Roomibot es proteger al personal médico y pacientes, y evitar la propagación del contagio”, explica Aldo Luévano.
El joven mexicano, ingeniero en robótica por la Universidad La Salle, detalla que Roomibot identifica fiebre por medio de un termómetro infrarrojo, y disnea, por medio de un oxímetro infrarrojo.
Además, interactúa verbalmente por medio de un módulo de procesamiento de lenguaje natural, y es capaz de identificar otros síntomas (tos, cefalea, mialgias, odinofagia, rinorrea, conjuntivitis o dolor), así como obtener datos demográficos y clínicos.
