Como cada año, la celebración católica por la Semana Santa pone en la mesa las reflexiones en torno a la vida de quien posiblemente es la persona más conocida de la historia de la humanidad: Jesús de Nazaret.
El paso del hijo de Dios por la Tierra, según la tradición católica, es un hecho que dio paso a la creación la religión cristiana que, al 2021, se estimaba en más de mil 300 millones de fieles alrededor del mundo. La más grande del planeta.
Son miles de libros, videos y documentos los que se han reproducido tratando de conservar la memoria de la persona más relevante de la historia de la humanidad. ¿Quién fue?, ¿cómo vivió?, ¿a dónde viajó?, ¿qué sucedió son sus pertenencias tras su muerte en una cruz?
Son preguntas constantes que se hace la humanidad y que sociólogos, antropólogos, científicos y teólogos intentan explicar. Hoy, a propósito de estas fechas, en las que se recuerda la crucifixión de Dios, nos cuestionamos dónde están algunas de las llamadas reliquias de Jesús, tras morir a manos de los romanos, hace dos siglos.
LA CRUZ
Partamos desde uno de los objetos más importantes y sagrados para la comunidad católica: la cruz en la que pereció Jesús. ¿Dónde está?, ¿qué fue de la madera que el hijo de María y José (padres terrenales) arrastró en el viacrucis para finalmente morir?
Bueno, al tratarse de un objeto sagrado para millones de personas, tras la muerte de Cristo, el paradero de la Cruz fue modificado por la historia en múltiples ocasiones, dando paso al mercado negro, en la Edad Media, por lo que en diferentes partes del mundo de ofrecían supuestos fragmentos de esta reliquia.
Sin embargo, al día de hoy sabemos que, según relatos históricos, la pieza fidedigna fue hallada por Helena, la madre del emperador Constantino. Pese a esto, Candida Moss, profesora de la Universidad de Birmingham, asegura que no hay suficiente testimonio científico para asegurar que alguno de los supuestos pedazos de la Cruz sea los auténtico.
Y, en entrevista con la BBC, indica que la verdadera cruz pudo tener muchos destinos que no se pueden saber con exactitud. Afirma que, por ejemplo pudo haber sido usada para otros castigos de la época: “Por ejemplo, que los romanos la hayan reutilizado para otra crucifixión, en otro lugar y con otras personas”.
LA LANZA DE LONGINOS
Como se muestra en diferentes películas que hacen alusión a la Pasión de Cristo y, según las leyendas basadas en la Biblia, el hijo de Dios, una vez crucificado, fue atravesado por una lanza en una de sus costillas, lo que habría dado el 'punterazo' final a la vida del profeta.
Según la versión bíblica, fue un soldado romano de nombre Longinos el encargado de herir por última ocasión el cuerpo de Jesús, para cerciorarse de su muerte.
Se dice que los restos de esta pieza fueron llevados a la Basílica de San Pedro, en la Ciudad de El Vaticano, donde actualmente son resguardados, sin embargo, se sabe de otras lanzas situadas en Armenia o en Viena, donde se asegura la presencia del artefacto auténtico.
SANTO SUDARIO
Como dicta la tradición católica, una vez que Jesucristo fue crucificado, su cuerpo fue reclamado por su madre, María, y por los apóstoles, para llevarlo a lo que se conoce como el 'santo sepulcro', donde el cuerpo reposó por 3 días tras ser cubierto por una manta de lino.
Ese pedazo de tela se encuentra ubicado en la Capilla de la Sábana Santa, en la ciudad de Turín, Italia. Es peculiarmente importante, pues el cuerpo de Jesucristo se habría "tatuado", en el lino.
Cabe destacar que es una pieza de 436 cm de largo por 113 de ancho.
Al momento se le han hecho diferentes pruebas de carbono, con las que se ha intentado comprobar científicamente la veracidad de su origen, teniendo en cuenta la antigüedad del material y la relación con el ADN de Jesús.
Pero no solo el material se ha examinado, pues científicos también han podido extraer pequeñas muestras de la supuesta sangre coagulada de Dios que daría rutas para establecer un perfil genético.
CORONA DE ESPINAS
Al ver imágenes religiosas de la representación de Cristo crucificado es común ver que el hombre clavado en la cruz porta también una corona de espinas que cortan su piel, de la que escurre sangre dramáticamente.
Este es otro de los objetos más importantes que portó Jesucristo al momento de su muerte. La historia de esta reliquia es peculiar, pues el rey de Francia, Luis IX, ordenó la construcción de un templo que resguardara, de manera perpetua, este artefacto de valor histórico.
Sainte-Chapelle es el nombre de la capilla en la que reposa la corona que lastimó la frente y cabeza de Jesús, cuya construcción inició, por órdenes reales, en 1241. Lo más curioso de este objeto es que, al día de hoy, no conserva las espinas.
Fuentes: Biblia Católica, CNN y National Geographic