Ya están en México las reliquias de San Judas Tadeo, uno de los 12 apóstoles de Jesucristo, quien fue conocido como “el hermano del Señor”, por ser hijo de María de Cleofás, pariente de la Virgen María.
Muchos son los devotos de este santo, que comúnmente es confundido con Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesús según los relatos bíblicos.
¿Y qué más lo hace tan especial? Según sus fieles, San Judas Tadeo tiene un poder especial de intercesión ante Dios de los casos difíciles.
Por ello, la visita de las reliquias, que en este caso son una parte de uno de los brazos del santo son tan queridas, cuidadas y respetadas por los creyentes católicos. Pero... ¿habías oído sobre las reliquias? ¿Sabes qué son? Te lo contamos en Nación 321.
La palabra reliquia viene del latín reliquiae, que significa 'restos'. En este caso nos referimos a las reliquias de los santos, que son los restos del cuerpo o de una vestimenta de una persona declarada santa por la Iglesia, como es el caso de San Judas Tadeo o del fallecido papa Juan Pablo II, para poner un ejemplo más reciente .
El origen de la veneración a las reliquias comenzó a darse muy con el culto de los mártires, es decir personas que fueron asesinadas por su fe, especialmente durante el periodo de las persecuciones, en distintos países y épocas del mundo.
Según el Código de Derecho Canónico de la Iglesia Católica, las reliquias pueden ser de tres grados:
- 1er grado: un fragmento del cuerpo.
- 2do grado: un pedazo de su ropa o de algo que el santo usaba durante su vida (rosario, Biblia, cruz, etc.). También objetos asociados con el sufrimiento de un mártir.
- 3er grado: cualquier objeto que ha sido tocado a una reliquia de primer grado o a la tumba de un santo.
El este sentido, la Iglesia señala que está terminantemente prohibido vender reliquias sagradas.
¿PARA QUE SIRVE UNA RELIQUIA?
Para empezar debes tomar en cuenta que las reliquias no se veneran por ser un objeto en sí, sino se les tiene devoción por lo que representan.
Es decir, al ser recuerdo de la presencia de un santo, nos podemos sentir más cerca de ellos al tener contacto físico o visual directo.
Muchas personas les dan valor milagroso, aunque religiosamente lo ideal es pensar que hacer oración a un santo nos rive para pedirle que intervenga por nosotros ante Dios.
"Dios puede concedernos milagros por intercesión de los santos, pero más importante es acercarnos a los santos para inspirarnos en sus vidas e imitarlos con el deseo de también nosotros vivir en santidad y llegar al cielo", señala el Código de Derecho Canónico de la Iglesia Católica.