Siempre juntos: La leyenda que une al Popocatépetl e Iztaccíhuatl

Según la narración, Iztaccíhuatl y Popocatépetl eran dos jóvenes pertenecientes al pueblo tlaxcalteca
Según la narración, Iztaccíhuatl y Popocatépetl eran dos jóvenes pertenecientes al pueblo tlaxcalteca
Uno junto al otro.Según la narración, Iztaccíhuatl y Popocatépetl eran dos jóvenes pertenecientes al pueblo tlaxcalteca
INPI / Cuartoscuro
Nación321
2023-05-23 |15:43 Hrs.Actualización15:42 Hrs.

En medio de la creciente actividad del volcán Popocatépetl, han resurgido diversas historias que narran el valor material e inmaterial de 'Don Goyo', una de ellas es la Leyenda de los Dos Volcanes.

Aunque no se sabe a ciencia cierta la edad del 'Popo', la Leyenda de los Dos Volcanes ha sido transmitida de generación en generación, como una historia trágica de amor que da cuenta de que Iztaccíhuatl y Popocatépetl fueron dos jóvenes pertenecientes al pueblo tlaxcalteca, que se enamoraron al grado de perpetuar su unión hasta la actualidad, convertidos en dos montañas.

En Nación 321 te la contamos, acompañada de las ilustraciones que el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), realizó para una de sus publicaciones.

Cuenta la leyenda que Iztaccíhuatl y Popocatépetl eran dos jóvenes pertenecientes al pueblo tlaxcalteca, que estaban muy enamorados. Su amor se dio en medio de una guerra entre su pueblo y el de los aztecas, a los que debían rendir tributo y de los que querían librase.

Al momento de pedir la mano de su amada, quien era hija de un gobernante tlaxcalteca, Popocatépetl fue condicionado a ir a la guerra y volver con la victoria para poder casarse con ella.

Él aceptó y ambos se tuvieron que separar temporalmente.

Tras un tiempo, un rival de Popocatépetl engañó a Iztaccíhuatl y, pensando que así podría casarse con ella, le dijo que su amado había muerto en combate.

La estrategia salió mal, pues no sólo ella se negó a casarse con él, sino que llena de tristeza se aisló y se perdió en el sueño hasta morir.

Poco tiempo después, Popocatépetl regresó victorioso dispuesto a casarse con Iztaccíhuatl, sin embargo a su llegada recibió la noticia de su fallecimiento.

La historia de amor no terminó ahí, pues los dioses, al ver el sufrimiento del guerrero ante el cuerpo de la mujer que amó, les concedieron permanecer juntos por toda la eternidad, convertidos en dos montañas o volcanes.

La leyenda señala que hoy, Iztaccíhuatl sigue dormida, mientras que cada que el Popocatépetl humea, es porque expresa el amor que le tiene a su amada.