El hallazgo de un narcorrancho en Teuchitlán, Jalisco, ha sigo una ‘bomba mediática’ que, incluso, ha llegado hasta el Senado de la República, donde ha confrontado a legisladores del bando morenista y los de oposición.
Es el caso del reciente choque entre los senadores Ricardo Anaya (PAN) y Gerardo Fernández Noroña (Morena), quienes ya entablaron una ríspida guerra de declaraciones luego de que el segundo acusó a la oposición de “carroñeros”, por el sensible caso de violencia en Jalisco.
Los dichos de Noroña no pasaron desapercibidos por el panista, quien afirmó que la verdadera actitud carroñera “es no reconocer la magnitud del problema, no recibir a las madres buscadoras, no ponerse del lado delas víctimas, minimizar lo que está sucediendo, no convocar a la unidad nacional para resolver el problemas y dedicarse a insultar a los opositores”.
Destacó que “la magnitud del problema ya es difícil de comprender, existe un registro de personas desaparecidas, la mitad de todas las personas desaparecidas en ese registro desaparecieron en el sexenio de (Andrés Manuel) López Obrador y lo que va del actual gobierno”.
Ahondó que “en un sexenio se ha acumulado lo que se había acumulado en más de 60 años, de ese tamaño es la crisis de personas en este país; carroñero es no ponerse a trabajar para resolver el problema y andar insultando a los demás”, atizó ante medios.
Pero el presidente de la Mesa Directiva del Senado no tardó en responder y afirmó que le da gusto que Anaya “sea tan crítico consigo mismo, porque no recuerdo que haya dicho nada cuando (Genaro) García Luna encabezaba la Secretaría de Seguridad Publica del gobierno usurpador de (Felipe) Calderón, no recuerdo que haya dicho nada de las escenas de personas asesinadas en retenes militares cuando el usurpador decía que eran daños colaterales, cuando mataban a niños y niñas yo les preguntaba si eran daños colaterales menores”.
Indicó que le da “mucho gusto que se critique de no haber dicho nada de la desaparición forzada de los 43, ni del baño de sangre que hicieron los dos gobiernos del usurpador y luego el de Enrique Peña Nieto”.
Añadió que es bueno “que haga un análisis crítico y plantee, por primera vez en su vida, ponerse del lado de las víctimas, aunque lo haga de manera hipócrita porque nunca le han interesado las víctimas”
Lamentó que “todas sus votaciones son en contra del pueblo de México, esa parte yo no la represento, no puedo representarla, no puedo representar a los traidores a la patria, no puedo representar a los que usan el dolor y el sufrimiento de quienes buscan a un ser querido para lucrar políticamente con ello, no puedo representarlos”.