Tras la suspensión de la exposición ‘La venida del señor’ del artista Fabián Cháirez, por parte de un juez, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México expresó su postura y calificó como un “retroceso” el amparo solicitado por organizaciones cristianas.
A través de un comunicado, la secretaría capitalina detalló que la suspensión “genera preocupación debido a la censura, las restricciones a la libertad creativa y las limitaciones a la capacidad de expresarse, explorar nuevas ideas y distintos imaginarios, ya que el arte incomoda y transforma”.
Detalló que “el arte ha sido históricamente un espacio de cuestionamiento, reflexión y diálogo sobre la condición humana, permitiendo a la sociedad mirarse a sí misma desde perspectivas diversas y críticas. El arte es un espacio donde lo sagrado también se representa, manifiesta, revela y vitaliza”.
La Secretaría de Cultura también reconoció el arte de Fabián Cháirez al crear una exposición que combina símbolos y personajes del imaginario católico en contextos sexuales, pues subrayó que el valor del arte “radica en su capacidad de llevarnos a experiencias reflexivas”, lo que nos desafía a pensar de manera diferente.
Además, defendió la libertad de expresión como un derecho fundamental que se encuentra consagrado en la Constitución Política y en tratados internacionales en materia de Derechos Humanos, por lo que instó a entablar conversaciones con encuentros de posturas diversas.
En este sentido, indicó que la diferencia de posturas y pensamiento no se debe resolver mediante la censura, ya que apostar por la prohibición de expresiones artísticas provocan un retroceso en la construcción de la sociedad.
“Apostar por la prohibición de expresiones artísticas supone un retroceso en la construcción de una sociedad plural y respetuosa de los derechos culturales de todas las personas. La libertad de expresión artística es un pilar de nuestra democracia y de nuestra identidad cultural”, detalló.
La dependencia invitó a la ciudadanía a imaginar formas creativas de dialogar y tejer espacios participativos e incluyentes. Asimismo, señaló que las instituciones culturales y académicas tienen la responsabilidad de proteger y promover el derecho de las personas a expresar su visión del mundo “incluso de aquellas desafiantes”.
“Es el arte una forma de construir activamente una sociedad pacífica donde la diferencia sea una oportunidad de encuentro y no un motivo de enfrentamiento”.