La 'princesa roja' que se hizo escritora: 90 años de Elena Poniatowska

Con una obra periodística de casi 70 años, Elena dio el salto a la literatura de no ficción en 1954
Con una obra periodística de casi 70 años, Elena dio el salto a la literatura de no ficción en 1954
Elena Poniatowska.Con una obra periodística de casi 70 años, Elena dio el salto a la literatura de no ficción en 1954
Especial
Nación321
2022-05-19 |13:53 Hrs.Actualización13:59 Hrs.

Elena Poniatowska llegó a México a los diez años sin hablar español. Nació en París y es descendiente del último rey de Polonia; sin embargo, su destino real se rompió al convertirse en periodista y escritora y actualmente, a sus 90 años, es considerada una de las cronistas más importantes de México.

Además de ser una respetada intelectual, es activista política de la izquierda, una feminista destacada y entusiasta de las juventudes.

Llegó al país huyendo de la Segunda Guerra Mundial a los diez años, pero encontrarse con un México tan inexplicable en su niñez cambió su rumbo y la llevó a enfrentarse a una profesión que era considerada "de hombres".

LA PRINCESA HÉLÈNE

Hélène Elizabeth Louise Amelie Paula Dolores Poniatowska -su nombre real- nació en París en 1932. Hija del matrimonio entre la aristócrata mexicana Paula Amor y el príncipe Jean E. Poniatowski, descendiente directo del último rey de Polonia.

La guerra en Europa separó a la familia. Su padre partió a pelear contra nazis y franquistas y envió a su esposa e hijas -Kitzia y Elena- a México. Aprendió español gracias a sus cuidadoras y las trabajadoras domésticas y años después adoptaría la nacionalidad mexicana.

Poniatowska rompió la tradición. Se rehusó a ser una mujer sumisa, a un casamiento convenido y a sus 20 años se aventuró en el periodismo, en el que lleva más de seis décadas, detalla DW. Años después se casó con Guillermo Haro, un científico que le llevaba casi diecinueve años y quien contribuyó a las investigaciones astronómicas y al desarrollo científico del país

Ha sido nombrada como la "princesa roja” por su apego a la izquierda y su origen real. La princesa polaca de ojos claros que se nacionalizó mexicana renunció a sus títulos nobiliarios y se hizo defensora de causas sociales

Como parte de su carrera, escribió  reportajes, cuentos, entrevistas, crónicas y artículos que han sido traducidos a diversos idiomas.

Su distinción no sólo viene de su origen, Elena fue reconocida con doctorados honoris causa, la Medalla Bellas Artes 2014 de México, premios Alfaguara de Novela 2001 y el Rómulo Gallegos 2007.

También fue la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Periodismo en 1978, la primera mexicana en ser nominada al Príncipe de Asturias de las Letras y en 2013, con 81 años, obtuvo el Premio Cervantes de Literatura, el más destacado de la lengua española. 

Poniatowska tuvo una formación con grandes “maestros” como Octavio Paz, Alfonso Reyes, Diego Rivera y Juan Rulfo. Además, pudo llamar amigos a intelectuales como Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Leonora Carrington, Vicente Rojo y José Emilio Pacheco por mencionar algunos.

EL LEGADO DE ELENA

A los 90 años, que cumple este jueves, la Premio Cervantes Elena Poniatowska sospecha contar con algo de talento para escribir, aunque cree que la curiosidad y la capacidad de trabajo han sido la semilla de sus más de 40 libros.

“El origen de todo está en la curiosidad, también he sido muy machetera (trabajadora), esperemos que con algo de talento”, dijo en entrevista con EFE.

Con una obra periodística de casi 70 años, Elena dio el salto a la literatura de no ficción en 1954 con la novela corta “Lilus Kikus”, en la que la protagonista es una inquieta niña que alivia la acidez de los limones con café negro y azúcar.

Después creció con crónicas como La noche de Tlatelolco y novelas del nivel de Hasta no verte Jesús mío, premio Mazatlán; Piel de cielo, premio Alfaguara; Leonora, premio Biblioteca Breve; El tren pasa primero, Premio Rómulo Gallegos; Dos veces única, y la más reciente El amante polaco.

Es Elena una mujer con una especie de sexto sentido para encontrar las historias que vale la pena contar. Da respuestas inteligentes, pero no abandona su personaje curioso y después de responder, pregunta y vuelve a preguntar porque es una obsesionada con la vida de los demás.

A su edad se siente por encima del bien y el mal. Dice no sentirse importante por haber ganado el Cervantes, que le entregaron en el 2014, ni los muchos otros premios y no piensa en si la van a recordar cuando abandone su cuerpo.

“Que me recuerdan como lo que quieran, si es que me recuerdan; no me preocupa eso. Si me dicen periodista, qué bueno; escritora, qué bueno, lo que sea. No me califico”, comenta.

Si bien agradece los reconocimientos y las celebraciones por su cumpleaños, lamenta no saber decir “no” a los homenajes que la agotan y no la dejan escribir.

“Estoy trabajando en una novela sobre mi mamá, sin embargo, ahora hago todo más lentamente y soy más requerida. Me llaman para presentar un libro, para tal conferencia. Trato de no aceptar tantos compromisos, pero sigo sin aprender a decir que no”, agrega.

PONIATOWSKA Y LA POLÍTICA

Sobre la matanza de Tlatelolco, Elena recopiló una serie de testimonios que recogen el pensamiento y sentimiento de personas a favor y contra del movimiento estudiantil. Fue testigo de las atrocidades que se vivieron y publicó un libro sobre la noche de la masacre y las historias de los estudiantes, víctimas y familia. Los testimonios empezaron a recogerse en octubre y noviembre de 1968 y continuaron hasta 2 años después. 

La Noche de Tlatelolco (1971) sigue siendo el libro más vendido sobre el tema y rechazó ser reconocida bajo el argumento que nadie premiaría a los muertos.

En los últimos años no ha escondido su simpatía por el presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien lo mismo ha acompañado en eventos públicos que criticado por dividir a los mexicanos.

En su relación con AMLO no todo ha sido miel sobre hojuelas, pues ha criticado la realización de las conferencias matutinas todos los días e incluso las ha tachado como un abuso.

"Es un exceso del presidente López Obrador con tantas mañaneras, es un abuso del poder presidencial obligar a los periodistas que vayan todas las madrugadas a hacer preguntas a modo", dijo Poniatowska en una entrevista.