Porque el tabasqueño dice que esta es su última participación electoral
Andrés Manuel López Obrador buscará llegar a la Presidencia por tercera ocasión y en esta oportunidad sus posibilidades parecen altas, al menos eso dicen las encuestas.
Pero la actual ventaja del líder de Morena no es casualidad, pues el tabasqueño ha recorrido el país desde al menos 2006, cuando intentó por primera vez llegar a la silla presidencial.
¿En esta tercera oportunidad logrará salir vencedor? ¿Por fin podrá ser presidente de México o se irá a La Chingada (un rancho en Palenque) como él mismo lo ha dicho? Aquí te contamos cómo le fue en sus primeras dos elecciones presidenciales y cómo pinta su panorama actual.
LA POLÉMICA ELECCIÓN DEL 2006
En 2006, Andrés Manuel perdió la Presidencia después de haber tenido una amplia ventaja en las encuestas y cuando su popularidad se encontraba en su mejor momento.
En agosto de 2005, el entonces perredista tenía el 40% de las preferencias electorales, mientras que Felipe Calderón (PAN) y Roberto Madrazo (PRI) tenían 20% cada uno, de acuerdo con Reforma.
Y es que AMLO venía de ser jefe de Gobierno del Distrito Federal, donde se le recuerda por dar apoyos a los adultos mayores, por crear preparatorias y universidades, así como impulsar mejoras en transporte público o por la creación de vialidades como el segundo piso de Periférico. Tuvo una aprobación alta, del 76%, según Reforma.
Sin embargo, durante el proceso electoral, López Obrador fue blanco de una campaña que él mismo denominó "guerra sucia", en la que sus adversarios, principalmente el PAN y su candidato Felipe Calderón, difundieron la idea de que el entonces perredista era un "peligro para México".
Otros videos que fueron patrocinados por el Consejo Coordinador Empresarial, entonces dirigido por José Luis Barraza, mostraban al candidato del PRD como "algo distinto", alguien por quien no deberíamos apostar y un presidente que devaluaría el peso.
La guerra sucia, en conjunto con algunas malas estrategias de AMLO como no asistir al primer debate presidencial o incluso decirle a Vicente Fox "cállate, chachalaca", abonaron a una imagen de intolerancia y violencia que resonó entre los mexicanos.
Finalmente, la carrera presidencial la ganó Felipe Calderón, postulado por el Partido Acción Nacional, quien obtuvo el triunfo en las urnas según el Instituto Federal Electoral (IFE), hoy INE.
Calderón recibió 14 millones 916 mil 927 votos contra 14 millones 683 mil 096 votos de López Obrador. Es decir, una diferencia de 233 mil votos. Porcentualmente, el panista obtuvo un 35.89% de las preferencias contra 35.33% del tabasqueño.
Tras darse a conocer los resultados, López Obrador acusó un fraude electoral y pidió un recuento total de los votos, cosa que no ocurrió. Como respuesta, el líder de izquierda ordenó diversas marchas y un plantón en la Avenida Paseo de la Reforma de la capital, hechos que también dañaron su imagen ante un sector de la sociedad.
2012, REMONTANDO POSICIONES, PERO NO LO SUFICIENTE
Seis años más tarde, Andrés Manuel López Obrador volvió a competir por la Presidencia de la República.
El exjefe de Gobierno de la capital volvió a ser postulado por el PRD, el PT y Movimiento Ciudadano, en el llamado Movimiento Progresista. Al equipo de AMLO se sumaron personajes como Cuauhtémoc Cárdenas y el exrector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente.
López Obrador, sin embargo, tuvo un competidor mejor posicionado que él: Enrique Peña Nieto, un político priista que venía de gobernar el Estado de México. Además, AMLO tuvo que arrancar la contienda desde un alejado tercer lugar, por debajo de la panista Josefina Vázquez Mota.
Peña Nieto tenía 54% de la intención de voto a un año de las elecciones, según Reforma. AMLO, en cambio, solo tenía el 24% de las preferencias y estaba muy alejado del puntero.
El movimiento estudiantil #YoSoy132, que se manifestó en contra del priista Peña Nieto, fue uno de los factores que ayudaron a que Andrés Manuel recuperara posiciones. También, el tabasqueño cambió su tono y estrategia de campaña por una más amable, al impulsar la llamada "república amorosa" que consistía en reconstruir México.
Pero aunque el perredista pudo superar a Josefina Vázquez Mota, no le alcanzó el tiempo para hacer lo mismo con el priista.
Al final, López Obrador se ubicó en segundo lugar con 15 millones 848 mil 827 votos, equivalentes al 31.55%, según el resultado final validado por el Tribunal Electoral. Peña Nieto obtuvo 19 millones 158 mil 592 votos, que representaron el 38.21% y una diferencia de 3.3 millones de votos frente al tabasqueño.
Tras los resultados, el líder de izquierda y los demás partidos de oposición impugnaron las elecciones debido a diversas irregularidades durante el proceso, como la compra de votos que, según denunciaron, cometió el PRI.
2018, ¿SERÁ LA BUENA?
En 2018, Andrés Manuel López Obrador se las va a jugar de todas a todas, pues dice que es su última oportunidad.
El escenario actual nuevamente le favorece, pues las encuestas lo ponen en primer lugar muy por encima de sus adversarios. De acuerdo con El Financiero, AMLO arranca con 15 puntos de diferencia con respecto a sus dos principales rivales: José Antonio Meade y Ricardo Anaya.
Hay que recordar que Ricardo Anaya (de la coalición Por México al Frente) oficializó sus intenciones de competir por la Presidencia apenas el domingo pasado; José Antonio Meade (PRI) lo hizo una semana antes, por lo cual los números podrían cambiar en los siguientes meses.
Sin embargo, además de las encuestas mexicanas, medios internacionales como el Financial Times aseguran que sería muy difícil que AMLO perdiera estas elecciones siempre y cuando junte una camarilla de buenos asesores.
¿AMLO podrá sostener o ampliar su ventaja? Todo se decidirá en los siguientes meses y dependerá de la propia estrategia del tabasqueño y de la de sus adversarios.
Para empezar, este 14 de diciembre inician las precampañas partidistas y López Obrador con Morena, Meade con el PRI y Anaya con el Frente empezarán a calentar motores.
Por lo pronto, ya con la experiencia de dos elecciones, con haber recorrido el país varias veces y con un panorama actual a su favor, parece que el destino de López Obrador está en sus propias manos. ¿Lo logrará?