Clara Luz busca dejar en el clóset 22 años de militancia priista

Está casada con el empresario inmobiliario Abel Guerra, exfuncionario estatal del PRI, a quien han acusado de todo
Está casada con el empresario inmobiliario Abel Guerra, exfuncionario estatal del PRI, a quien han acusado de todo
Clara Luz Flores.Está casada con el empresario inmobiliario Abel Guerra, exfuncionario estatal del PRI, a quien han acusado de todo
Ismael Ángeles
Víctor Chávez
2021-05-26 |07:00 Hrs.Actualización06:59 Hrs.

Es originaria de Monclova, Coahuila, pero Clara Luz Flores Carrales quiere ser gobernadora de Nuevo León, con la casaca de la coalición de Morena y sus aliados.

Sufrió un atentado hace 10 años como alcaldesa del municipio de Escobedo, pero no le teme a la delincuencia organizada y lucha contra ella, de frente, sostiene en sus spots.

Aunque batalla aún por salir de la vapuleada que le causó en las encuestas la revelación de su acercamiento a Keith Raniere –líder de la secta NXIVM–, en busca de asesoría política y cursos de superación personal, los más prominentes empresarios y políticos del PRI y el PAN le reconocen honestidad, inteligencia, capacidad y seriedad en su trabajo como servidora pública. Joven, con 47 años, firme y carismática, la describen.

Otros no dudan en calificarla de incongruente, cómplice y de aprovechar la “larga corrupción” y los beneficios que le deja su esposo, el “padrino” de su carrera política.

Se admite en sectores y partidos en Nuevo León que los contrincantes “no tienen realmente material para atacarla”, pero la sombra que le oscurece el camino es, paradójicamente, su esposo, el empresario inmobiliario Abel Guerra, acusado de todo. Exfuncionario público estatal del PRI, político, empresario y arquitecto “le está causando problemas en sus aspiraciones”.  

"Es el padrino también de Jaime Rodríguez, el Bronco, el que lo llevó a la gubernatura del estado", aseguran, y se le critica corrupción, porque al poseer información privilegiada por haber sido también alcalde del municipio de Escobedo dos veces, le ha permitido conocer de primera mano el valor futuro de terrenos públicos y privados y usarla para apropiarse de ellos.

Ha logrado apropiarse incluso de terrenos donados para revenderlos, según señalan quienes lo conocen. Sólo por ahí atacan a la hoy candidata de Morena.

Además de que contrajo el COVID-19 y lo superó, a Clara Luz Flores Carrales la marcó el atentado que sufrió en julio de 2011, un año después de casada con Abel Guerra. El miedo le hizo pensar en renunciar a la alcaldía, lo que al final no hizo y se mantuvo en el cargo.

Al contrario, eso le dio valor y fuerza para seguir en el servicio público para combatir la delincuencia y la inseguridad, sostiene en sus spots de campaña. Hoy, aunque es originaria de Coahuila, Clara Luz Flores va por la gubernatura del estado donde vive desde los 15 años.

Madre de familia, abogada, adicta al ejercicio, Clara Luz dejó el PRI apenas en 2020, donde militó por 22 años, y hoy es candidata de Morena. Ha sido tres veces electa alcaldesa de Escobedo y una como diputada local. Tiene una licenciatura en Ciencias Jurídicas por la Universidad Regiomontana y un doctorado en Derecho Administrativo por la Universidad de Zaragoza, en España.

Y sus retos y logros han sido grandes. Inició su carrera como auxiliar en las notarías públicas 62 y 129 de Nuevo León. Luego fue asistente del director jurídico del municipio de Escobedo y luego, la directora jurídica; fue secretaria del ayuntamiento y luego la alcaldesa.

Pero el episodio Raniere también opacó estos logros profesionales y políticos. Admitió que no lo supo manejar. Lo negó y admitió que mintió, principal mandamiento del presidente Andrés Manuel López Obrador y de Morena: “No mentir”.

Las frases de “enfrenté mal la situación y pido perdón”, “mi error fue no aceptar públicamente ese momento de mi vida en que busqué ayuda a través de un curso”, “me tropecé como todas y como todas ahora me levanto”, “cometí un error al haber dicho que no conocía al fundador de NXIVM” también marcaron ya su vida y su nombre como joven política.

Batalla aún por salir de la vapuleada que le causó en las encuestas la revelación de su acercamiento a Keith Raniere

11años Tiene su unión con Abel Guerra; el día de la boda Rodrigo Medina fue uno de sus testigos.