¡Mal y de malas!... ¿a dónde irá la oposición?
El pasado 2 de junio, el bloque opositor conformado por el PRI, PAN y PRD tuvo un franco declive en el número de simpatías expresadas en votos de mexicanos que le trajeron como 'consecuencia' una cascada de derrotas en diferentes niveles, desde municipios hasta la Presidencia de México.
Pero no es todo, pues se ha mermado el bloque que estos tres partidos mantenían en el Congreso de la Unión y que presumían como 'freno' a las reformas constitucionales impulsadas desde el Ejecutivo. Es decir, la próxima Legislatura tendrá mayoría calificada de parte de Morena y aliados, lo que reducirá a meros espectadores la participación de los disminuidos legisladores de oposición cuando de discutir y votar iniciativas se trate.
En los estados la situación no es distinta, pues de las nueve entidades que estaban en juego, la oposición perdió —a falta de resultados oficiales— en ocho de ellas (Tabasco, Puebla, Veracruz, Chiapas, Morelos, Yucatán, Guanajuato y la Ciudad de México). En esta última entidad, además, pasarán a gobernar sólo cinco alcaldías, cuatro menos que las que actualmente encabezan.
El recuento de los daños para la oposición no es positivo. La situación es tan crítica que, incluso, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) está en peligro de perder su registro al no obtener el 3% de la votación nacional, según el conteo preliminar del Instituto Nacional Electoral (INE).
Ante este panorama, en Nación321 nos cuestionamos qué hizo la posición para obtener estos resultados y acudimos con expertos para que nos respondieran esta pregunta... y que nos dijeran qué viene para los partidos.
Sobre el tema, el doctor Víctor Alarcón Olguín, profesor e investigador del Departamento de Sociología de la UAM Iztapalapa afirma que, sin ánimos de dictar a los partidos qué deben hacer, considera que de manera interna tendrían que someterse a un proceso de análisis y autocrítica para determinar qué les pasó en las urnas.
Subraya que en las democracias modernas es común que "una vez que se obtienen resultados no óptimos, de inmediato los líderes partidistas tendrían que colocar su puesto a disposición de la propia militancia, sin embargo, en México tenemos muy escaso sentido autocrítico".
"Una vez que se obtienen resultados no óptimos, de inmediato los líderes partidistas tendrían que colocar su puesto a disposición de la propia militancia, sin embargo, en México tenemos muy escaso sentido autocrítico"
«Víctor Alarcón»
El experto acota que más que una autocrítica de los partidos, vemos una especie de 'autojustificación' sobre los resultados obtenidos, explicado a través de lo mucho que pudieron pesar factores externos como "la excesiva injerencia del Presidente en el proceso electoral, los programas sociales, es decir, todo lo que ya sabemos y que es muy claro" y que a eso añadirán acusaciones de un fraude y "construir una narrativa de la adulteración de los datos".
Señala que las cúpulas partidistas erraron al encabezar candidaturas a Senado por la vía plurinominal: "uno de los errores fundamentales que surgió en la oposición desde la propia campaña fue el autoblindaje que hicieron los tres dirigentes Marko Cortés (PAN) Alejandro 'Alito' Moreno (PRI) y Jesús Zambrano (PRD) de tratar de protegerse con candidaturas, lo cual de alguna manera no me parece que fue el mensaje correcto" para los electores.
Al análisis, Gerson Hernández Mecalco, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y consultor político, añade que lo sucedido en las urnas, con un aproximado de 25 millones de votos que apoyaron a Claudia Sheinbaum, "creo que muchos de esos votos son contra del PRI, el PAN y el PRD".
El también profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) advierte que enunciado de la ciudadanía el pasado domingo fue contundente: "hoy el mensaje es 'ninguno de los liderazgos que hay en la oposición me representa'".
¿QUE TENDRÁ QUE HACER LA OPOSICIÓN CON MIRAS AL 2030?
Gerson Hernández no vislumbra un camino 'fácil' para que la oposición logre salir del abismo en el que se encuentra y destaca que los partidos "tienen que trabajar muchísimo", por lo que advierte que "no sólo se tiene que hacer con voluntad política, sino con dinero", un tema que además tendrán en contra al ver disminuido su financiamiento público.
Dice que a las actuales cabezas de los partidos les hace falta más recorrido con la gente: "Creo que le van a tener que invertir muchos años para poder ser una verdadera bandera en el sistema político mexicano".
En ese sentido, recuerda que podrían voltear a ver el ejemplo del presidente Andrés Manuel López Obrador, "que lo que hizo desde hace más de 20 años fue recorrer el país; muchas veces se piensa que lo que pasa en la alcaldía Miguel Hidalgo o Benito Juárez es lo que pasa en todo el país, y no es así, me parece que muchas veces lo que hemos visto, con esos resultados, es un golpe de realidad donde hay muchos Méxicos", algo que se 'palpa' "a través de trabajar en campo, recorrer la comunidad desde los municipios muy alejados, una forma de un conocimiento de tierra".
Víctor Olguín subraya que lo que tendría que venir para los partidos de coalición es un "proceso de profunda reingeniería institucional interna, de una recuperación de sus elementos deliberativos".
Dice que este proceso será complicado si la "oposición si no tiene claridad sobre los alcances mismos de cómo realmente empezar a hacer este proceso de reconfiguración" y añade que tendrían que voltear a ver "el paso de estafeta a nuevos estilos de liderazgo más jóvenes, más dinámicos o al menos más proactivos en el sentido no solamente tener una lectura ideologizada o personalizada, de simplemente ser reactivos frente a lo que no les gusta del Presidente".
En tanto, César Rodríguez Cano, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), analiza a la sociedad mexicana y dice que su comportamiento político está relacionado con su acceso a la información. En ese sentido, aclara que "la oposición tiene que ganar respaldo social y popular para legitimarse, porque sí hay una estructura que ha sido asociada con élites mediáticas, élites políticas, económicas e intelectuales".
Dice que, en adelante, los partidos que integren la oposición deberán cumplir con creces "su labor de contrapeso. Yo creo que será muy importante el rol de los partidos para visibilizar la corrupción, para visibilizar el mal gobierno, para visibilizar los costos políticos de las reformas que se van a implementar y creo que con ello va a ir adquiriendo también su rol de de opción electoral".
Coincide en que "lo que puede hacer la oposición es hacer una un mea culpa y entender el porqué de su fracaso estrepitoso y ayudar, de manera pacífica y responsable, a fomentar una pluralidad política, que es lo que nos interesa defender; nada abona la polarización que fomenta el poder, pero que también ha sido retomada con entusiasmo por el otro lado".
Finalmente, destaca que "la oposición tiene la responsabilidad histórica de ser inteligente" y de acercarse aa una ciudadanía "que no deja de ser crítica a pesar de que le haya dado el voto a al partido en el poder".