Porque en la guerra, en el amor y las campañas, dicen que todo se vale
No importa si es tiempo de precampañas o no, estos aspirantes a un puesto de elección popular hacen de todo con tal de salir en la foto y conseguir la simpatía de los votantes.
Aquí te presentamos algunas situaciones que han protagonizado los aspirantes presidenciales o de la Ciudad de México que no nos dan orgullo, sino más bien un poco de penita ajena.
JOSÉ ANTONIO MEADE
El pasado 14 de diciembre, el aspirante tricolor inició su precampaña electoral en el municipio de San Juan Chamula, Chiapas.
Esto no tiene nada de raro, pues muchos políticos suelen acudir a zonas pobres en busca de votos. Sin embargo, Meade repitió una fórmula que no es bien vista en muchos sectores: usar la vestimenta tradicional de los pueblos y comunidades indígenas de esta zona.
Además de usar la vestimenta tradicional, el candidato del PRI prometió, sí, adivinaste, acabar con la pobreza.
MIKEL ARRIOLA
Pero los priistas no solo dan de qué hablar a nivel nacional, pues en la Ciudad de México su aspirante también ha hecho de las suyas.
Mikel Arriola se ha puesto a correr en el Bosque de Chapultepec, se subió al Metro o se ha puesto a vender mamelucos de 70 pesos en Tepito, lo cual no ha sido muy agradable que digamos. ¿Quiénes serán los asesores de los políticos?
SALOMÓN CHERTORIVSKI
Pero este fenómeno no es exclusivo del PRI, pues el PRD también tiene un candidato en la capital que hace, para desgracia de nosotros, estas mismas acciones en precampaña.
Salomón Chertorivski fue secretario de Desarrollo Económico en la actual administración de Miguel Ángel Mancera y ahora busca ser su sucesor en el puesto mayor.
Por ello, compite por ganar la simpatía de los militantes perredistas y para ello ya lo hemos visto bailando y hasta haciendo mole. ¿Es en serio?
Esperamos que puedan hacer campañas políticas más naturales y, en caso de ganar las elecciones, los volvamos a ver caminando por las calles como lo presumen hasta ahora.