Porque es la primera vez que en el Estado de México compite una candidata independiente
La candidata independiente al Gobierno del Estado de México, Teresa Castell de Oro, describe su campaña como una catarsis y aunque la acusen de dispersar el voto en los comicios del 4 de junio asegura que sólo tenía entre esperar un milagro o participar.
“Sí ha sido como una catarsis, de poder sacar todo el tema de molestia, inconforme, cansada de ser ignorada, no solamente como una persona, sino como ya una organización, las organizaciones civiles no tenemos por qué limosnear nada”, expresa en la recta final de las campañas electorales.
De acuerdo con distintas encuestas difundidas, la primera candidata independiente a la gubernatura mexiquense ocupaba el penúltimo lugar, sin embargo, tras la declinación de Oscar González, del PT, estaría a la zaga de los otros cuatro aspirantes al gobierno estatal.
#BastaDeQueTeIgnoren. Castiga a los políticos, pero no te castigues a ti y a tu familia, #VotaIndependiente pic.twitter.com/1I4bOKZvqq
— Teresa Castell (@teresacastellmx) 30 de mayo de 2017
¿Y qué ha obtenido?
"Esta corta campaña ha sido muy gratificante, porque sin estructura y sin dinero en dos meses haber dejado no solamente al PT abajo, sino a muchos partidos más pequeños es un gran logro, que es un mérito de todos los ciudadanos, eso es con lo que se queda Teresa Castell”, señala la empresaria dedicada al entretenimiento infantil.
Indica que el 46% de la población está pensando en un voto independiente. Ella hizo todo para llegar a esa ciudadanía, vencer el abstencionismo y comunicarles que hay una candidata ciudadana que los puede representar.
¿Y después del 4 de junio?
“Estaré haciendo una convocatoria nacional para llamar a toda la gente que venga a participar y desee estar en un gabinete de expertos que sepan hacer las cosas”.
¿Y si no gana?
“Ese escenario no lo tengo previsto, si me puse aquí fue solamente por un objetivo, y si no gano mejor platicamos el 5, porque vía de mientras, sólo tengo una visión, que seré beneficiada para ese día, como lo he sido hasta el día de hoy”.
Antes comenta que gracias a la campaña electoral ya no es una espectadora.
“Es algo que me hacía falta, dejé de criticar en redes sociales, en la casa, en los amigos, y estar molestándome por todo lo que pasa en mi estado, salir y dejar de ser espectadora”.
Castell, quien a los 16 años inició como emprendedora vendiendo pays, expresa que su campaña también fue una respuesta ante el hastío, el cansancio hacia los partidos políticos.
“Estamos cansados”, reitera.
Propietaria de la marca de entretenimiento infantil “Tierra de Sipirily”, la candidata independiente dispara distintos calificativos para los políticos de todos los colores.
“López Obrador es un vividor”, “Delfina Gómez forma parte de la misma mafia”, “Morena es el coctel perverso”, “Juan Zepeda es un derrochador”. El PRI y PAN también son blanco de sus críticas. “Ninguna de estas personas vale la pena”, concluye.
Lanzar esas críticas no ha sido fácil.
“Me costó muchísimo en el tema del fervor y la efervescencia que hay ahora por ese partido (Morena), no deja ver que es una manipulación lo que hacen con esa señora (Delfina)”.
¿Pero su candidatura no dispersa el voto?
“¿Entonces qué hacemos, esperar, y solo mirar?, ¿esperar que sigan tomando decisiones, esperar que les caiga un rayo y desaparezcan los partidos?”, responde. “Participamos o tendríamos que esperar un milagro”.
PT y Morena demostraron que son lo mismo, ignorando por completo los intereses de los ciudadanos. Votar por Morena es castigar a tu familia. pic.twitter.com/9c8sbAkzES
— Teresa Castell (@teresacastellmx) 26 de mayo de 2017
En la calle los ciudadanos le han dicho lo mismo, que su candidatura divide. Pero ella les contesta que votar por un partido político es lo que realmente divide.
La también vecina del municipio de Lerma, y con una carrera técnica en contaduría, advierte que hoy somos millones de mexiquenses enojados por lo mismo.
“Ellos (los partidos) hacen alianzas para quedarse con todos nosotros”, reitera.
Y de la declinación hacia otro candidato, ni pensarlo.
“La independiente no se agacha”, afirma, “bastante agachados hemos estado durante tantos años”.
Está en un escenario donde cada partido disputa hasta el último militante. Hay fervor por Morena, estructuras del PRI, militancia aguerrida del PAN, y un empuje del candidato perredista Juan Zepeda. Con ellos compite Teresa Castell.
“Fue adverso desde que inicie esto”. Generó asombró y molestia. “Hoy estoy terminando y sigo aquí”.
Va más allá. “Esta candidatura independiente tiene mucho futuro”, asegura. Aunque el tiempo de campañas prácticamente ya acabó.
¿Y los vínculos?
La candidata independiente afirma que el único vínculo que tuvo con el gobierno del estado de México fue a través de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias, que presidió hace algunos años, y cuyas afiliadas en la entidad ahora la apoyan.
Pero jamás, aclara, ha tenido acercamientos con el PRI o político alguno.
Para ella fue “justicia divina” que lograra ser candidata independiente. Aunque sí admite que fue un exceso el número de ciudadanos que buscaron competir por esta vía.
“Tienes un sistema tan corrupto, que lo primero que piensas, es que los están metiendo para dispersar el voto”, refiere.
¿El balance de su campaña?
En su campaña electoral asegura que no hubo estructura, ni dinero, al final aceptó los poco más de 900 mil pesos de financiamiento público, más aportaciones privadas que al momento de la entrevista no cuantifica.
La campaña la armó con unos 15 ciudadanos enfocados a logística, comunicación, y fiscalización, entre otras tareas. Carencias hubo; cuestiona que a su representante ante el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) le dieron una oficina en una biblioteca, sólo con una silla.
Casada, con tres hijas, reconoce que su campaña creció con los dos debates organizados por el IEEM.
La ahora empresaria, quien también incursionó en una cocina económica, un estacionamiento, una cafetería y un minisúper, esgrime que los mexiquenses no son limosneros.
Por ello entre sus propuestas estuvo el armar un gabinete ciudadano, alentar cárceles productivas, crear un registro estatal de personas violentas, abrir negocios en 72 horas…
“Soy una ciudadana molesta, harta, de que cada peso que trabajo y tengo que pagar de impuesto sea derrochado o robado, esto es lo que me lleva a todo esto”, afirma Castell mientras se extinguen las últimas horas de su campaña electoral, que dice, inició por no esperar un milagro.