Tas varias denuncias ciudadanas se emprendió un operativo conjunto en el Bosque de Agua en la parte correspondiente a Huitzilac, Morelos, donde se logró el aseguramiento de ocho aserraderos; la semana pasada el general Antonio Ramírez Escobar, comandante de la 24a Zona Militar, informó que desde junio de había logrado la inhabilitación de 22.
De acuerdo con información de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz durante el operativo se localizaron 543 trozas (árboles), 978 polines, 760 barrotes, 530 tablas, 457 tablones, mil 760 palillos, 435 cajas de tarimas, además de ocho torres de aserrío, ocho carros empujón, ocho motores 20 HP, tres sierras de banco, 59 cintas de sierra, tres carretillas, así como cuatro automotores para carga de madera al interior de los aserraderos.
Destaca la coordinación entre elementos del Ejército, Guardia Nacional, Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Fiscalía General del Estado (FGE), Fiscalía General de la República (FGR), Comisión Estatal de Seguridad Pública (CES), Comisión de Recursos Naturales (CORENA), así como de personal de la Central Morelos y Ciudad de México.
Este Bosque proporciona casi tres cuartas partes del agua que se consume en la CDMX y en Cuernavaca, además de un porcentaje importante del agua de Toluca. Asimismo, abastece del líquido a dos de los ríos más importantes del país: el Lerma y el Balsas.
El el reportaje “Corrupción y tala fuera de control amenazan seguridad hídrica en el centro del país” la periodosta Ma. Teresa Montaño, publicado por Irradia Noticias en abril de 2022, documenta que “al menos seis mil hectáreas de bosques de oyamel han desaparecido en el parque nacional Lagunas de Zempoala, donde el saqueo ilegal de madera, autoridades omisas, megaobras inmobiliarias ligadas a la corrupción gubernamental, autopistas y el cambio climático, se han combinado hasta consumir por completo tres de sus embalses.
En este trabajo de investigación se aportan los siguientes argumentos:
Para el investigador Víctor Ávila Akerberg, del Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales (ICAR) y quien lleva 20 años monitoreando el Bosque de Agua, la causa del desastre se encuentra detrás de diversos factores atribuibles a alteraciones climáticas mundiales y locales -inducidas por la tala y el urbanismo-, pero también a omisiones y negligencia de autoridades estatales y federales para detener la tala ilegal.
Pero para Nicolás Hernández Alberto, uno de los comuneros ambientalistas que heredó junto con otro puñado de campesinos, la lucha que encabezó hace 20 años el emblemático ambientalista Idelfonso Zamora, la razón es solo una: el saqueo sin castigo de los montes y laderas… del Bosque de Agua, que sigue latiendo. Exhausto.
