La falla de Acambay podría ser la causante de los sustos y miedos que han sentido desde hace un mes los vecinos de la colonia Praderas de San Mateo, en Naucalpan, dentro del Valle de México, quienes desde el 18 de julio por la noche han reportado vibraciones, crujidos y cuarteaduras en sus casas.
Los afectados pensaron que alguna empresa constructora podría estar causando las explosiones o deslaves, por lo que informaron a las autoridades los hechos; sin embargo, tras revisar, el municipio de Naucalpan no encontró la fuente de las vibraciones.
Tras dos semanas en calma, el pasado 30 de julio volvieron los estruendos, a la par que fue reportado un microsismo de 2.1, fenómenos que se repitieron el 1 de agosto.
Los vecinos de Naucalpan comentaron que especialistas de Protección Civil les explicaron que posiblemente se trataba de algunos acomodamientos de la falla de Acambay, que pasa por esta zona y llega a la alcaldía Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México.
¿QUÉ ES LA FALLA DE ACAMBAY?
De acuerdo con el Instituto de Geología de la UNAM, la falla de Acambay-Tixmadejé tiene una longitud aproximada de 40 kilómetros, cuyos escarpes que forman el bloque levantado llegan hasta los 400 metros de altura.
En 1912 hubo un sismo que activó una falla a un kilómetro de Acambay, un municipio al norte del Estado de México, cerca de los límites con Querétaro, a 80 kilómetros de la Ciudad de México. Esta fractura del terreno está ubicada en las orillas del poblado de Tixmadejé y tuvo un desplazamiento de 50 cm.
Según registros, resultaron 140 personas fallecidas por el derrumbe de diversas estructuras que correspondían con arquitectura colonial, numerosas casas de ladrillo y adobe, así como monumentos de estilo barroco. Los principales daños fueron ubicados en las poblaciones de Acambay, Temascalcingo y San Andrés de Timilpan.