GUADALAJARA, Jal.- La franja fronteriza del estado de Michoacán con Jalisco, donde se ubica el municipio de Cotija, se conoce como 'el corredor de la muerte'.
La demarcación entre ambas entidades es coronada por la intersección con Guanajuato, y ese pasaje inicia en Mazamitla, en el sur de jalisciense, y circula mayormente por caminos michoacanos, donde son recurrentes los homicidios dolosos, las desapariciones, secuestros e incluso ataques a fuerzas municipales, estatales y federales.
Las actividades antisociales son dominadas en la zona por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), y el tramo atraviesa municipios como Cotija, Vista Hermosa, Chavinda, Venustiano Carranza, Tangamandapio, Jiquilpan, Sahuayo, Marcos Castellanos, Villamar, Briseñas, y Pajacuarán, donde también han intervenido integrantes del grupo denominado 'Pájaros de la Sierra, en menor número Los Guerreros Unidos, y otras células delictivas que se distinguen por la siembra de amapola y tráfico de opio con cercanía al Cártel Beltrán Leyva. Entre todos han buscado dominar el territorio, según investigaciones federales.
La zona era famosa por su complicada circulación en las vías libres, donde grupos de personas establecen puntos de cobro de peaje de manera arbitraria, en muchas ocasiones, consentidos por policías estatales que omiten cuestionar las invasiones y bloqueos a las vías generales de comunicación.
Versiones de representantes de grupos de búsqueda de desaparecidos refieren que en la demarcación abundan las fosas clandestinas, y han tenido poco apoyo oficial para sus intervenciones, aunque es casi un hecho que ahí hay restos de personas ausentes de los tres estados, y destaca la llamada 'Fosa de los Negritos', que alojó a casi 30 víctimas, y este centro de exterminio domina a al menos 30 puntos de inhumación clandestina, donde no se permiten los trabajos de búsqueda, porque se trata de propiedades privadas.
El municipio donde concluyó el cautiverio de la alcaldesa Yolanda Sánchez, Villamar, colinda con Cotija, donde ella gobierna, sendos territorios se encuentran en la frontera con Jalisco, en el polémico corredor.
Villamar se encuentra a 189 kilómetros de Morelia, la capital de Michoacán, y según estadísticas del INEGI la población supera los 16 mil habitantes. Las áreas de inteligencia federal han revelado que el crimen organizado tiene emisarios pagados por los cárteles, que operan, vigilan y protegen sus actividades delictivas.
ZONA DE PELIGRO
Aunque Michoacán se encuentra entre las entidades con el mayor número de personas desaparecidas, según cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, Jalisco se posiciona como el estado con más desapariciones, con 13 mil 334 denuncias.
Lo anterior tuvo a Jalisco en la mira nacional e internacional tras el rapto de la alcaldesa panista, y es que aún cuando la privación ilegal de la libertad no se dio en el centro comercial Plaza Andares, ubicado en la conocida Zona Dorada zapopana, donde se han registrado otros hechos violentos, este nuevo episodio delictivo inició ahí.
Al respecto, el alcalde de Zapopan, Juan José Frangie, reconoció la presencia del crimen organizado en las inmediaciones de la plaza comercial donde Yolanda Sánchez fue seguida al salir, "tanto que haya una presencia tan fuerte como otros estados, no, pero no es un consuelo, lo que sí es trabajar en conjunto con la Guardia, el Ejército, el gobierno del estado y los municipios".
El alcalde de Zapopan reconoce también que aun cuando cuenta con una de las policías más equipadas del país, es complicado hacer frente a los embates del crímen organizado:
"Definitivamente nosotros como policía preventiva lo que hacemos es estar previendo los delitos, pero con la delincuencia organizada no puedes prever absolutamente nada porque son sorpresas, ataques sorpresivos, levantamientos sorpresivos y lo que tratamos es estar apoyando a la Fiscalía y Guardia Nacional", acotó.