La familia del narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo lleva más de dos meses sin conseguir que el reo sea remitido a su domicilio por precepto judicial a causa de que no hay brazaletes para monitorearlo.
El principal motivo es que el brazalete geolocalizador que se le impondría para garantizar su vigilancia domiciliaria, no reúne los requisitos que exige la Fiscalía General de la República.
La empresa Joisan S.A. de C.V. creadora del artefacto dio por terminado el contrato de arrendamiento y prestación de servicios del dispositivo de monitoreo y emisión de alertas que tenía con la familia del llamado Jefe de Jefes, bajo argumento de ‘causas de fuerza mayor’, y es que los fabricantes no pueden cumplir los requisitos ministeriales del orden federal, para garantizar que el capo no se evadirá de la justicia.
Al momento, la familia de Félix Gallardo intenta conseguir un nuevo dispositivo, y él continúa internado en el Reclusorio de Sentenciados del complejo penitenciario de Puente Grande.
El pasado 9 de septiembre, el Juez Séptimo de Distrito de Procesos Penales Federales de la Ciudad de México avaló la medida de ‘casa por cárcel’, y concedió su anuencia para monitorear al detenido mediante el brazalete gelolocalizador.
Los hijos de Miguel Ángel Félix Gallardo buscan a una nueva empresa que provea un nuevo brazalete, y su defensa acusa presiones del Gobierno Federal y violaciones a sus derechos humanos.
SE DEFIENDE CON TECNOLOGÍA
Si bien el capo tiene problemas de visión, movilidad y psicomotricidad, está vigente en redes sociales mediante una cuenta de twitter, que es operada por sus hijos, en la cual asegura que él no participó en muerte del agente de la DEA, Enrique ‘Kiki’ Camarena Salazar.
En el perfil, avalado como una vía de comunicación con sus familiares, se postea que el 7 de febrero de 1985, día que fue asesinado el agente norteamericano, Félix Gallardo no se encontraba en Guadalajara sino que estaba en Culiacán, y que en el proceso no se tomaron en cuenta las versiones de sus testigos.
El también llamado ‘Padrino’ narra en su cuenta que el 8 abril de 1989, tras ser detenido, fue víctima de tortura y amenazas al igual que sus coacusados, quienes ya están en libertad pese a que recibieron la misma sentencia, en alusión a Ernesto Fonseca Carrillo, ‘Don Neto’.
