El agua que permanecía en la presa Cerro Prieto, en Nuevo León, se terminó en su totalidad por la sequía que azota al estado. La llamada “hora cero” llegó a la que alguna vez fue considerada la obra hidráulica más importante del continente.
Ubicada a 20 kilómetros de la cabecera municipal de Linares, en el estado de Nuevo León, dejará de suministrar agua a los neoleoneses, pues pasó de los 29.250 millones de metros cúbicos de agua que tenía al inicio de la crisis hídrica, a estar prácticamente vacía.
La expectativa del Gobierno de NL, según palabras del titular de Agua, es que los habitantes de la Zona Metropolitana de Monterrey puedan abastecerse con recursos hídricos agrícolas a manera de caudales, los cuales bombean el líquido a mil litros por segundo.
Sin embargo, para que esto pueda mitigar un poco la problemática, habría que esperar significativas lluvias que no llegarán hasta finales de julio.
Cuando un moderno bulevar a las orillas de la presa La Boca se inauguró hacia finales de 2021 en la localidad norteña de Santiago, en México, la comerciante Leticia Rodríguez festejó la obra confiada en que le daría un nuevo impulso a su restaurante.
Meses después, su celebración se convirtió en una pesadilla. Las altas temperaturas y una severa sequía que azota el norte del país fueron secando hasta reducir a menos de 95 por ciento la capacidad de La Boca, que a pesar de ser una presa pequeña, de 39 millones de metros cúbicos, tiene una importancia estratégica debido a que surte el sur de la ciudad industrial de Monterrey.
Embarcaciones encalladas entre largas extensiones de terreno resquebrado, un restaurante flotante enterrado en lo que fue un lecho lateral del embalse, y decenas de patos que escarban desesperados en una cada vez más mermada orilla en busca de algo de alimento es ahora lo que se puede encontrar en La Boca.
Monterrey, capital del estado de Nuevo León, hoy enfrenta una de las mayores crisis hídricas en más de tres décadas, lo que ha obligado a sus cinco millones de habitantes a vivir bajo cortes diarios de agua de más de 12 horas —en algunos casos hasta de semanas— y tener que abastecerse de cisternas y pozos subterráneos, lo que ha exacerbado el malestar entre los pobladores y las protestas callejeras.
A los problemas generados por la crisis hídrica se han sumado los impactos económicos que han alcanzado a muchas pequeñas empresas del sector turismo y servicios que tuvieron que cerrar luego de que la escasez de agua ahuyentó a los turistas y cayeron sus ingresos, lo que dejó en la calle a decenas de trabajadores.
Las dificultades con el agua no son exclusivas de Monterrey. Ante el empeoramiento de los suministros del agua en varias regiones del norte y centro del país, la Comisión Nacional del Agua de México (Conagua) puso en vigencia esta semana un acuerdo de declaratoria de emergencia para aplicar medidas transitorias que permitan garantizar el abasto de agua en diferente regiones según lo que reporte el Monitor de Sequía, que ha reconocido que casi la mitad del país enfrenta problemas de sequía.
La sequía que golpea parte de México está asociada al fenómeno meteorológico de La Niña, que genera mucha o muy poca lluvia dependiendo de las condiciones de cada región y sus efectos se han intensificado por el cambio climático.
La crisis hídrica de Monterrey escaló esta semana luego que la presa Cerro Prieto llegó a menos de 0.5 por ciento de su capacidad, lo que dejó al polo industrial sin su segundo mayor embalse y dependiendo de la presa de El Cuchillo, que está a 46 por ciento de su capacidad, según indicó a AP el arquitecto Juan Ignacio Barragán, director general de la agencia estatal Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey.
Con la pérdida de Cerro Prieto, que es una presa mediana de 300 millones de metros cúbicos de capacidad que suministraba agua a cerca del 10 por ciento de los habitantes de Monterrey, el panorama tiende a complicarse, admitió Barragán.
En condiciones normales 60 por ciento del agua de la ciudad venía de las presas, y 40 por ciento se obtenía de pozos profundos, pozos someros y algunos túneles filtrantes, pero ahora esa situación cambió.
Sobre los planes de contingencia que se aplicarán ante la pérdida de Cerro Prieto, el director general de la agencia estatal explicó que en las próximas dos semanas las autoridades trabajarán intensamente para llevar pipas de agua a las zonas más alejadas y más altas que constituyen 8 por ciento de los barrios de Monterrey y asegurar así un abastecimiento básico.
La crisis hídrica que enfrenta Monterrey tomó por sorpresa a la mayoría de sus pobladores que no contaban ni siquiera con tinacos o pequeños tanques para almacenar agua. Ahora muchos han comenzado a adoptar acciones para ahorrar el agua y sacarle el mayor provecho.
“Creo que esta crisis ha hecho pensar muchísimo a la gente. No quisiera ver que viene un huracán y que se alivia esta crisis y que todos la olviden porque eso es lo peor que nos puede suceder".