Luego de observar los tres cuerpos localizados en un pozo de la delegación Santo Tomas, en Ensenada, Baja California, los padres de los australianos Jake y Callum Robinson, así como del estadounidense Jack Carter, confirmaron la identidad de sus hijos.
No hubo necesidad de realizar análisis genéticos para asegurarse de que eran los surfistas desaparecidos desde el pasado 27 de abril.
Pese a que los cuerpos contaban con un periodo de descomposición que oscilaba entre los seis y siete días, sus progenitores no tuvieron dudas de la identidad de sus hijos asesinados.
Lo anterior coincide con lo expresado desde la localización de los cadáveres el pasado viernes de 3 de mayo, cuando la fiscal de Baja California, María Elena Andrade Ramírez, señaló que había altas posibilidades que se tratara de los turistas debido a aspectos físicos y de vestimenta.
Tanto a los hermanos australianos como al estadounidense, les quitaron la vida con un disparo en la cabeza, tras resistirse al robo de las llantas de su automóvil, un pick-up marca Colorado.
Lo anterior en una zona despoblada de Santo Tomas, en Ensenada, donde acampaban los turistas que habían arribado para practicar surf.
A través de un comunicado la Fiscalía General del Estado de Baja California (FGEBC), refirió que la fiscal María Elena Andrade Ramírez recibió a los padres de las víctimas acompañados por funcionarios diplomáticos de su país de origen, asegurando que se continuará con la investigación hasta dar con los responsables.
Por su parte, la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar, añadió que estarán trabajando los tres órdenes de gobierno para esclarecer el triple crimen.
“Hago un llamado al Poder Judicial del Estado para que aplique la ley con todo rigor contra los responsables de estos lamentables acontecimientos”, escribió Del Pilar en su página de Facebook.
