Habitantes de Lagos de Moreno alzaron la voz para exigir la localización de los jóvenes desaparecidos con una vigilia en la que se concentraron más de mil personas vestidas de blanco, alrededor del templo de la Asunción.
Los asistentes exigieron el regreso de Roberto, Diego, Uriel, Dante y Jaime, y colocaron una fotografía de gran formato con sus imágenes en color, con una toma aérea de Lagos de Moreno como fondo en blanco y negro.
En las amplias escalinatas de la parroquia se encendieron miles de veladoras hasta que el acceso a la iglesia quedó totalmente iluminado.
También se realizó una oración para que regresen a casa y para que la localidad, ubicada en la zona Altos de Jalisco, recupere la tranquilidad que la delincuencia organizada les ha arrebatado.
Algunos pobladores portaban pancartas con leyendas que evidencian su dolor, "Que los ojos de los desaparecidos te persigan en tus sueños, y el llanto de sus no te dejen dormir", se lee en una de ellas, en la que se alude a las autoridades.
La concentración se registró a una semana de la desaparición de los jóvenes que fueron a la feria municipal y después a departir al mirador en la zona de San Miguel, donde según las investigaciones fueron agredidos por sujetos armados que que se los llevaron cautivos a bordo de una camioneta, seguida por otros carros, y el vehículo Volkswagen Jetta en que viajaban algunos de los muchachos antes de llegar al sitio. Cerca del lugar quedó un vehículo sedán de color gris, propiedad de Uriel; tenía las llaves pegadas.
Previo a la vigilia, se verificó una procesión en la que los participantes oraban, y una vez en el templo, se entonaron cantos religiosos y se rezaron más oraciones; el párroco dirigió unas palabras a los presentes, a los que conminó a dejar rencores y seguir pidiendo por la aparición de los muchachos, "ahora, y en medio del dolor caminamos alegres, en la esperanza", luego todos callaron, y en medio del silencio se escuchó el toque fúnebre de una banda de guerra.
Posteriormente, los pobladores se fueron retirando, y entre los comentarios destacan aseveraciones que descartan que las osamentas aseguradas en una bodega abandonada correspondan a los amigos, pues en uno de los cuerpos se le aprecia una prótesis metálica, y ninguno de los muchachos había sido sometido a una cirugía como para tener el implante.
A colación de lo anterior, existen versiones de personal forense que revelan una nueva práctica de los sicarios en casos de ejecuciones, consistente en desprender rasgos físicos como tatuajes, o piercing, que son arrancados de los cadáveres, esto para evitar una identificación y desviar las indagatorias.
Según información de la Fiscalía del estado, al momento continúan las revisiones a las osamentas encontradas en la comunidad Las Trojes, y al cadáver encontrado en el carro que tripulaban los muchachos. Los fragmentos anatómicos estaban calcinados.