Entre los muchos temas que pone el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la mesa de discusión pública, la propuesta de rifar el avión presidencial ha resultado claramente polarizante.
Desde que el presidente la propuso en una de sus conferencias matutinas, la rifa ha dado mucho de qué hablar y, en el proceso, ha dejado ver las enormes diferencias políticas de los mexicanos. En contraste con otros temas de discusión pública que surgen y mueren pronto, la rifa del avión no sólo ha persistido, sino que ha tomado rumbos y tonalidades nuevas, lo cual es probable que la vuelva una temática todavía más polarizante que al inicio.
Cuando hablo de polarización, como ya he argumentado en este espacio en otras ocasiones, no me refiero a una división de opiniones, sino al distanciamiento de éstas. La polarización no sólo implica tener opiniones diferentes, sino distantes o alejadas a las grupo contrario. Cuando las posturas se distancian unas de otras hacia los polos es que hay"polarización". Aquí algunos datos de las encuestas al respecto.
La encuesta nacional que publicó El Financiero el pasado 20 de enero mostró que el 36% de los entrevistados dijo estar de acuerdo con la propuesta del presidente de rifar el avión presidencial. En contraste, una mayoría de 58% dijo estar en desacuerdo con la rifa. Una lectura convencional de estos datos sería simplemente decir que a la mayoría de la gente no le pareció bien la propuesta de el Mandatario.
Pero saber si el asunto es polarizante o no requiere una mirada más detallada, una mirada a los subgrupos políticos de la encuesta, viendo qué opinan los morenistas y los opositores al respecto. En ese sentido, el acuerdo con la rifa alcanza 63% entre lo morenistas, mientras que el desacuerdo con ésta alcanza 70% entre los priistas y 83% entre los panistas.
Las posturas de unos y otros lucen mucho más distanciadas que las de la población en su conjunto. Es cierto que podría haber todavía más polarización, por ejemplo, si los morenistas estuvieran de acuerdo en por lo menos 80%. Por lo visto, la propuesta de la rifa tampoco fue tan bienvenida por los propios morenistas, al menos al principio de la discusión. Pero ésta ha continuado y ha tomado otras vertientes nuevas, como el hecho de que se rife el avión pero el premio no sea el avión, o que se haya convocado a empresarios a apoyar la rifa.
¿Cómo podemos estar seguros de que el tema ha sido polarizante? Comparemos con otro tema abordado en encuestas recientes: el uso de la Guardia Nacional para frenar el paso de migrantes centroamericanos por la frontera sur del país.
Según la encuesta de El Financiero publicada el 4 de febrero, 73% de los entrevistados dijo estar de acuerdo con que la Guardia Nacional se utilice para ese propósito, mientras que el 26% dijo estar en desacuerdo con ello. En este caso, hay una mayoría a favor, incluso más nutrida que la mayoría en contra de la rifa. Sin embargo, el asunto de la polarización no es de proporciones, sino de distancias. ¿Qué tan alejadas son las posturas de morenistas y opositores en el caso de parar el flujo de migrantes?
La encuesta revela que el acuerdo entre los morenistas alcanza 70%, lo cual es esperable. Pero los panistas y los priistas también se manifestaron mayoritariamente de acuerdo en este caso: 59 y 53%, respectivamente. El asunto de los migrantes ni divide, ni polariza. En contraste, la rifa del avión sí.
Parafraseando la idea de que el avión presidencial no lo tiene ni Obama, el poder polarizante de la rifa del avión no lo tiene ni la Guardia Nacional en su tarea de frenar el flujo de migrantes, tema que parecería por demás sensible.
Me surgen dos preguntas respecto a todo esto que requieren recolectar datos más adelante: 1) ¿Qué sucede con esa polarización en el tiempo, se agudiza o se modera? Y, 2) ¿la rifa es de lo más polarizante que veremos o todavía hay otros temas más polarizantes aún?
Mientras se juntan elementos para responder, sirvan estos datos para documentar que la propuesta de rifar el avión sí desató pasiones.
