En la víspera del Día de Muertos, el presidente Andrés Manuel López Obrador, acudió al panteón central de Villahermosa para visitar la tumba de sus padres, Andrés López y Manuelita Obrador, así como de su hermano Ramón.
El mandatario se trasladó directamente desde el Aeropuerto Internacional “Carlos Rovirosa Pérez” hasta este cementerio, donde ya quedaban unas pocas personas que se enteraron de su llegada y lo esperaban para tomarse la foto y entregarle peticiones.
Y es que las autoridades del municipio de Centro determinaron el cierre de los panteones a las 6 de la tarde, pero el macuspanense llegó pocos minutos antes de la hora límite y se quedó un rato, acompañado de su hijo Jesús Ernesto, como es su costumbre.
A su salida, los medios de comunicación intentaron cuestionarlo sobre las diferencias entre los seguidores del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández y el titular de FONATUR, Javier May Rodríguez (que apoya a Claudia Sheimbaum en la carrera presidencial), pero se negó a responder.
“No vine a eso”, fue todo lo que dijo y continuó su camino recibiendo algunas cartas y posando para la “selfie” entre las personas que lo acompañaron a su camioneta.
"NO HAY QUE OLVIDAR A NUESTROS DIFUNTOS"
Después se dirigió al Recinto Memorial, donde visitó la tumba de la que fuera su esposa, Rocío Beltrán Medina, madre de sus tres primeros hijos.
“Un abrazo para todos mis paisanos, de mi tierra, de mi agua. Y no hay que olvidar a nuestros difuntos, son nuestra raíz”, expresó en esta ocasión a su salida.
Rocío nació en Teapa, en agosto de 1956, y estuvo casada con el político de Morena hasta su muerte, en enero de 2003. López Obrador anunció con anticipación que no se quedaría en Tabasco, sino que seguiría de largo hacia Palenque, donde tiene un rancho.