Porque si algún funcionario lo recibe se podría hablar de conflicto de interés
Los trabajadores de las oficinas gubernamentales son testigos, año con año, de la pasarela de bolsas, canastas y cajas elegantemente envueltas, destinadas a los titulares y altos mandos del gobierno. No son cualquier detalle, se trata de obsequios de lujo como relojes, corbatas, chocolates y muchas (bastantes) botellas de alcohol.
De lo que se olvidan quienes envían estos presentes es que por ley, los servidores públicos no los pueden recibir. Los presentes deben remitirse a la Secretaría de la Función Pública (SFP) si tienen un precio mayor a diez veces el salario mínimo (80.04 pesos), en conformidad con la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos.
La SFP lleva un registro de todos los regalos que llegan a los funcionarios y la lista de los últimos dos años es larga: de enero de 2015 a enero 2017, la dependencia registra mil 494 obsequios, entre los cuales se encuentran plumas, perfumes, lienzos y libros, de acuerdo con información obtenida por El Financiero Bloomberg mediante la Ley Federal de Transparencia.
El motivo detrás de los obsequios es quizá el dato más relevante pero también el más difícil de detectar, pues en la información obtenida no se revelaron los nombres de los donantes. Para Janet Luna, Directora de Investigación Aplicada en Mexicanos Unidos contra la Corrupción y la Impunidad, recibir regalos compromete la libertad de decisión de quien los acepta.
"Al recibir un regalo se genera una expectativa de algún derecho o de algún privilegio para el proveedor, (…) se crea un mercado de favores en lo que va en juego son decisiones públicas"
LOS REGALOS
El registro obtenido muestra que el regalo favorito son las botellas de alcohol. De noviembre de 2013 a enero de este año, se han remitido 771 botellas, de las cuales, 390 son de vino, 125 de tequila, 57 de champaña y 21 de coñac.
En algunos casos, no se trata de cualquier botella: el extitular del SAT, Aristóteles Núñez, entregó en diciembre de 2015 un vino Chateau Lafite Rothschild, cuyo precio aproximado es de 22 mil pesos. Ese mismo mes, el extitular de la Secretaría de la Función Pública, Virgilio Andrade, regresó un Coñac XO Hennnessy cuyo valor excede los 7 mil 500 pesos.
Otro de los obsequios más recurrentes son las corbatas, como la Hermés color morado que le fue enviada al titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Raúl Cervantes Andrade, el pasado mes de diciembre. Su costo es de 4 mil pesos. En total, de 2013 a la fecha, se han remitido 43 corbatas de distintas marcas.
También son comunes las plumas de marca. En el registro de la SFP hay 14 plumas Mont Blanc, incluida una edición limitada Writers Edition Leo Tolstoy de aproximadamente 13 mil 300 pesos, que llegó a la oficina del subsecretario del Trabajo, Adrián Avante.
En el espectro de regalos tecnológicos, encontramos iPads, iPhones y relojes, en donde sobresale un iPad Air de 7 mil pesos y un reloj Cartier Santos 100 cuyo precio oscila entre los 130 mil y 200 mil pesos.
LOS MÁS REGALADOS
De esta lista, las dependencias que más regalos han remitido en los últimos dos años son la Secretaría de la Función Pública (SFP) en primer lugar, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en segundo, seguida de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y del Servicio de Administración Tributaria (SAT) en tercer y cuarto lugar, y en quinto, la Presidencia de la República.
El nombre que más se repite es el del extitular de la SFP, Virgilio Andrade, quien regresó 387 regalos de enero 2015 a agosto de 2016. Le siguen David Korenfeld, extitular de Conagua, con 124 regalos; Juan José Guerra Abud, de la Semarnat con 80; Jorge Márquez Montes, Oficial Mayor en Segob, con 51 obsequios, y finalmente el procurador general de la República, Raúl Cervantes Andrade con 46 presentes remitidos.
Si hay nombres de funcionarios públicos en tu cabeza y no aparecen es porque no recibieron ningún regalo que sobrepasara el monto límite, o que simplemente no recibieron alguno. ¿Será?