A 12 días de que deje el cargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue despachando a propios y extraños.
Este miércoles 18 de septiembre, el mandatario puso el 'pecho a las balas' a dos temas 'calientitos': por un lado, el señalamiento del exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna, de presuntos nexos de López Obrador con el crimen organizado, y por otro lado la violencia desatada en Sinaloa, estado gobernado por el morenista Rubén Rocha Moya.
Retó a Genaro García Luna, preso en Estados Unidos, a presentar pruebas sobre sus dichos recientes, en los que vincula al mandatario con grupos del narcotráfico.
"García Luna, el que ayer escribe una carta diciendo que las acusaciones en contra de él surgieron de nuestro gobierno y que yo tengo vínculos con el narcotráfico (...) Es muy fácil, que presente pruebas", dijo desde Palacio Nacional.
"Entonces escribe que hay pruebas, llamadas y audios. Es muy sencillo, que lo presente, que lo dé a conocer, él lo tiene todo (...) No van a poder, por eso eso es muy importante tener autoridad moral y no establecer relaciones de complicidad con nadie si se va a trabajar en beneficio del pueblo", añadió.
En tanto, salió al 'bomberazo' a los múltiples hechos de violencia que enfrenta Sinaloa. A pesar de que dijo que era "de mal gusto" hacer comparaciones cuando se trata de vidas humanas que se perdieron, el Presidente hizo una comparación de asesinatos en Sinaloa con otros estados para demostrar que la crisis presuntamente "no es tan grave" como, aseguró, lo quieren hacer ver los medios de comunicación.
"Desde que empezó la crisis en Sinaloa, hace como 15 días, si comparamos esos 15 días, con los homicidios en Guanajuato, es probable que sean el doble los que han fallecido, lamentablemente en Sinaloa", consideró AMLO durante su conferencia de prensa mañanera.