El presidente Andrés Manuel López Obrador ha defendido férreamente su estrategia de seguridad al mencionar que no es, ni de cerca, parecida a la que implementó Felipe Calderón, uno de sus principales adversarios políticos y el que más críticas recibió por su polémica "Guerra contra el narcotráfico".
Sin embargo, la realidad es que en ambos periodos han surgido ideas fuertemente cuestionadas, nuevas corporaciones y el cierre de otras, así como errores que en algunos casos han permitido el escape de líderes del narcotráfico.
Aquí te mostramos las principales diferencias entre las estrategias de seguridad implementadas por AMLO y Felipe Calderón.
La más cuestionable de las estrategias es la que implementó Calderón con su llamada 'Guerra contra el narcotráfico' que dejó miles de muertos entre Fuerzas Federales, integrantes de la delincuencia organizada y hasta civiles.
A grandes rasgos, consistía en declarar abiertamente un combate entre "buenos" y "malos" con el fin de desarticular a los cárteles de la droga, pero no resultó como se esperaba.
Entre 2007 y 2015, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) contabilizó 185 mil homicidios en México, de acuerdo con el Instituto Belisario Domínguez del Senado.
No es posible atribuir que todos esos homicidios estuvieron directamente relacionados con el combate contra la delincuencia organizada, pero hay que señalar que, de acuerdo con el mismo organismo, hasta antes de que se iniciara la 'guerra contra el narcotráfico', el país registraba una tendencia a la baja en cuanto a homicidios desde, por lo menos, 1995.
Especialistas aseguran que la estrategia de combatir directamente a los grupos y fragmentarlo fue recomendada por la DEA.
“Aunque hubo una buena intención del presidente Calderón en la fragmentación, terminó como un fracaso rotundo dando resultados tan nefastos que tuvimos en el aumento de homicidios y de muchos otros incluido la extorsión”, consideró el especialista Eduardo Guerrero Gutiérrez en una entrevista con El Financiero.
En el sexenio de Calderón, como parte de la estrategia de seguridad, se reformó la Policía Federal Preventiva y se quedó como Policía Federal, un brazo operativo contra la delincuencia organizada.
Con más de cinco divisiones, la agrupación se fortaleció bajo el liderazgo de funcionarios allegados a Genaro García Luna, el principal promotor de la estrategia de Felipe Calderón y ahora declarado culpable de recibir sobornos del narcotráfico en México.
Dicha institución estuvo involucrada en varias polémicas, entre las que destacan colusión con líderes de la delincuencia organizada y 'rápido y furioso', el operativo que permitió el ingreso de armas que acabó en manos de los cárteles.
En ese sexenio tuvo tanto protagonismo que sus agentes participaron en operativos, pero no todos pudieron regresar a casa, cientos de agentes fueron reportados durante los años siguientes como desaparecidos o ejecutados por el crimen.
Otra de las críticas fue el ingreso de agencias y elementos extranjeros que laboraban en el país y hasta participaban, armados, en operativos contra la delincuencia.
En ese sexenio, Calderón y sus funcionarios recibieron múltiples reconocimientos por parte de Estados Unidos, quienes consideraban que se estaba combatiendo al narcotráfico "abiertamente" y con resultados.
A pesar de las felicitaciones, en los años recientes se ha confirmado que agentes de ese país incurrieron en faltas, muchos terminaron ligados al crimen organizado e impunes después de haber participado en actos cuestionables.
Inclusive, el ahora declarado culpable Genaro García Luna afirmó en su juicio que durante su trabajo junto a Felipe Calderón fue reconocido como un gran funcionario por el gobierno de ese país.
Como ejemplo citó reuniones con Hillary Clinton, exsecretaria de Estado, y Eric Holder, exprocurador general de justicia, mismos que consideraron que en ese sexenio contaron con un "aliado" en México.
En 2018, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció su Plan de Paz y Seguridad, dijo que en su gobierno habría “abrazos, no balazos”, pero esa estrategia fuertemente criticada sólo ha dejado al país récords delictivos.
Más de 3 mil mujeres asesinadas, 150 mil homicidios en tres años, 18 ciudades en el top 50 de lugares más violentos del mundo, el año más letal en la historia de México, entre otros, son los que ha cosechado la actual política de seguridad.
Con los récords negativos y sin lograr revertir la tendencia significativa en ciertos delitos, algunos especialistas, organizaciones y políticos prevén que el sexenio termine con las peores cifras en la última década.
La estrategia del presidente López Obrador tiene como premisa la pacificación del país y atender las causas de la delincuencia. De hecho, su plan presentado en noviembre de 2018 establece que su política "parte de la concepción de atender antes que nada lo económico y lo social; atender las necesidades de los mexicanos en la idea de que la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia”.
Las principales características de su plan son:
- Fortalecer a las familias.
- Atender las causas de la inseguridad.
- No dejar a jóvenes sin oportunidades de estudio y de trabajo.
- La creación de la Guardia Nacional
Una de sus primeras decisiones como presidente fue erradicar la Policía Federal e iniciar la creación de la Guardia Nacional, una institución a la que le apuesta para pacificar el país.
La determinación de formar una nueva corporación obedece, según ha mencionado, a la necesidad de contar con agentes preparados, profesionales y disciplinados, condiciones que dijo no tenían los antiguos policías federales.
“Y ustedes saben que una corporación que no tiene ética, que no se caracteriza por la honestidad, no puede salir adelante, no puede consolidarse, no puede servir al pueblo. Por eso desaparece la Policía Federal”, refirió en un evento.
Ahora como parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y hasta hace unos meses como integrantes de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) .
Sin embargo, la nueva institución no ha estado librada de escándalos, principalmente por el uso excesivo de la fuerza en operativos como el de la presa La Boquilla, en Chihuahua, que terminó con una persona muerta.
En la actual administración destaca una relación de amistad, pero no de cooperación al nivel de otros sexenios, esto bajo una premisa que busca el gobierno de AMLO: la no intervención y soberanía de los gobiernos.
A diferencia de cuando la DEA operaba con agentes armados en el país, en la actual administración hasta se disolvió hace un año a un grupo de las Unidades de Investigaciones Especiales (SIU, por sus siglas en inglés) encargado de combatir al narcotráfico, que coordinaba la DEA, debido a que estaba infiltrado por el crimen organizado.
"Se demostró que ese grupo estaba infiltrado por la delincuencia, que inclusive unos de sus jefes esta siendo juzgado en Estados Unidos, sus jefes están siendo investigados y hay presos de ese grupo", explicó el mandatario en su conferencia matutina diaria.
Pese a la desaparición del grupo, López Obrador aseguró que la relación con Estados Unidos es buena. También aseguró que se mantiene la cooperación por parte de la DEA en el país, pero con un número determinado de agentes y con respeto a la soberanía de México.
De acuerdo con el presidente, antes las agencias estadounidenses prácticamente mandaban sobre las corporaciones mexicanas, situación que advirtió no ocurriría en su mandato.
