El gobierno destinó 664,067 millones de pesos al costo financiero de la deuda, entre enero y julio del este año, 4.1% más que en igual lapso de 2023. Como proporción del PIB representó 2.5%, cifra que se elevó a 3.3% en 2023 y un 3.6% para este año.
El sexenio que está por terminar dejará el aumento de deuda más alto en la historia en números absolutos, con 6.6 billones de pesos, con lo que heredará al gobierno de Claudia Sheinbaum unas finanzas públicas en ‘la cuerda floja’ frente a las calificadoras, advirtieron analistas.
Esto se debe a que la próxima administración ya no contará con el respaldo de los fondos de estabilización para enfrentar una crisis.
Arely Medina, economista de investigación en Citibanamex, estima que en este año la deuda respecto del tamaño de la economía rebasará ‘la barrera psicológica’ del 50%.
“Para 2024, Hacienda tendrá una deuda neta que estimamos en 51.2% del PIB y para 2025, el escenario más factible, la deuda la calculamos en 52.5% del PIB”, proyectó.
“Considero que a partir del umbral de 50% del Producto Interno Bruto (PIB), las calificadoras y los mercados serían sensibles”, advirtió la especialista.
Consideró que para evitar una degradación de la nota soberana, el gobierno está obligado a llevar a cabo una reforma fiscal, ante el casi nulo margen de maniobra para recortar el gasto o endeudarse.
John Soldevilla, director de Ecobi, prevé incluso que la deuda pública se elevará cuando termine este año hasta 52.2% del PIB (ocho puntos más que en 2018) y con expectativas de llegar hasta casi 55% en 2026. Este sería el mayor nivel desde el 56% de 1987.
Riesgo latente
Soldevilla prevé que al cierre de este sexenio, el saldo total de la deuda pública ascendería a 17.8 billones de pesos, lo que representaría un incremento nominal en seis años de 59.2%, el tercero más elevado en los recientes cuatro sexenios.
“Junto con el déficit fiscal de casi 6% del PIB para este año, la deuda pública es uno de los mayores factores de riesgo que enfrentará la economía en los primeros años de la nueva administración”, subrayó.
Medina advirtió que el gobierno entrante enfrentará una situación muy complicada debido a que le será muy difícil disminuir el gasto, y sin una reforma fiscal no le quedaría más opción que elevar aún más el endeudamiento.
“Para reducir el gasto en 3 puntos del PIB para 2025 como lo propone Hacienda, consideramos que sería más que necesario la implementación de una reforma fiscal; si bien el gobierno tiene el capital político para hacerla, no ha dado señales de que la vaya a realizar”, recalcó.
Explicó que entonces, necesariamente el gobierno tendría dos vías: recortar al gasto o elevar la deuda. Pero la disminución del gasto, sumada a la desaceleración de la actividad económica, en la cual se han ajustado a la baja las proyecciones de crecimiento para 2024 y 2025, definitivamente le va a pegar mucho más a la actividad económica.
“A menor actividad económica menor recaudación, lo que también afectará los ingresos, situación que dibuja un panorama complicado para el manejo de la deuda, porque no va a quedar de otra más que contratar deuda”, enfatizó.
Menos presiones
Un aspecto positivo de la deuda es que al parecer el ciclo de recortes en la tasa de interés del Banco de México (Banxico) ya comenzó, y va a continuar en 2025.
La mayor parte de la deuda es en moneda nacional, entonces en la medida en que la tasa de interés se reduzca, habrá menos presiones para pagarla.
Soldevilla precisó que sexenio tras sexenio se ha visto un cambio en la composición de la deuda pública: la interna representa actualmente el 75% del total, cuando en 2018 era de solo 63%.
Pero este sexenio es el que más ha pagado de costo fiscal, en alrededor de 3 puntos del PIB, mientras que históricamente se ha pagado unos 2 puntos del PIB.
“Sí hay un antes y un después en el manejo de las finanzas públicas a partir del presupuesto de 2024; del 2018 al 2023 México sorprendió con un mexican moment, con un tipo de cambio que llegó a 16 pesos por dólar”, refirió Medina.
“El desempeño del manejo de la deuda de 2018 a 2023 ha sido bueno, sin embargo, para 2024 la propuesta de elevar el déficit hasta 6 puntos del PIB sin que hubiera mayores ingresos si nos preocupa como analistas y a las calificadoras hacia delante”, abundó.
Consideró que la propuesta de Hacienda para 2025 y hasta 2030 debe ser el mantener la deuda estable en 50.2 puntos del PIB, con una fórmula de menor gasto. “Pero, lo vemos difícil debido a que el gasto tiene una inercia propia, con mayores compromisos políticos y demográficos como el gasto en pensiones”.