A 20 años del terrible suceso y a nombre del Gobierno de México, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación (Segob), Arturo Medina Padilla, ofreció una disculpa pública a familiares del niño Ismael Mondragón Molina, quien falleció el 15 de diciembre de 2004 a causa de una negligencia médica.
Ismael Mondragón Molina, de 1 año y 11 meses de edad, perdió la vida a causa de mala práctica médica atribuida a personal médico del Hospital Infantil del Estado de Sonora, institución de naturaleza pública.
“En nombre del Estado mexicano, les ofrezco una disculpa por el daño irreparable que les fue causado, por la falta de atención y protección que sufrió el pequeño Ismael. El Estado no tuvo la capacidad para salvaguardar su derecho a la vida e integridad personal y hoy lo reconocemos con tristeza. Posterior a los hechos, por años prevaleció la impunidad e indiferencia, la falta de respuesta es, sin duda, atribuible al Estado. Y estamos convencidos que aún hay temas pendientes por atender”, expresó Medina.
El subsecretario afirmó que las violaciones a los derechos humanos de Ismael generaron la responsabilidad internacional del Estado mexicano.
Asimismo, reiteró el compromiso del Gobierno de México con el respeto y la garantía de los derechos humanos de todas las personas, especialmente de la niñez.
Indicó que el Estado tiene la obligación de garantizar y de tomar las acciones necesarias para proteger a esta población etaria contra cualquier forma de violencia. Las niñas, los niños y adolescentes –aseveró– tienen derecho a disfrutar del más alto nivel posible de salud y de acceso a los servicios sanitarios.
El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración subrayó que, con este acto, el Estado mexicano no solo busca cumplir con las medidas de satisfacción para el caso, sino enviar un mensaje de no impunidad y, por el contrario, reforzar la obligación de todas las autoridades para que en el marco de sus atribuciones contribuyan al principio de no dejar a nadie atrás y no dejar a nadie afuera.
“Para nosotros es importante decir que la disculpa pública que se da el día de hoy, aquí, es un paso más en el proceso de justicia, de verdad y de reparación, pero que no extingue otras rutas que la familia ha expresado y que ha planteado. Sabemos que aún tienen demandas y que exigen que no haya impunidad en el seguimiento de la responsabilidad administrativa o penal que pudiera derivar. Esta disculpa pública no excluye a ninguna persona que haya tenido una participación y que tenga responsabilidad en este asunto, es en cambio un reconocimiento a los padres, a la familia que ha tenido un proceso de 20 años en la búsqueda de la justicia”.