El litio está en todas partes. En las pilas y baterías, en los modernos autos eléctricos, los teléfonos celulares y las computadoras. Ahora incluso es considerado el “oro blanco”, por la capacidad energética que tiene y porque podría desbancar al petróleo en el desarrollo de una economía baja en carbono pero, ¿qué papel estaría jugando México?
De acuerdo con el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés), nuestro país cuenta unos de los yacimientos potenciales de litio más importantes del planeta, se dice “potencial” pues no existe un inventario ni investigación exhaustiva sobre el tema, pero esa misma incertidumbre ha movilizado a empresarios e inversionistas de todo el mundo; además de autoridades nacionales para saber qué va a pasar si México se convierte en una de las mayores reservas de este metal a nivel internacional.
LO QUE SABEMOS DE LA EXPLOTACIÓN DE LITIO EN MÉXICO
Actualmente el país no cuenta con ningún yacimiento de litio en explotación; sin embargo, en los estados de Baja California, San Luis Potosí, Zacatecas y Sonora se encuentran en etapa de exploración tres yacimientos que contienen este mineral con un alto potencial de producción.
De acuerdo con el Perfil del Litio en México 2021, elaborado por la Secretaría de Economía (SE), el principal uso de este mineral es la manufactura de baterías (56%); la creación de vidrio y cerámica (23%); la producción de grasas lubricantes (6%); de polímeros (4%); polvos para fundición en continuo (3%); tratamiento del aire (2%) y “otros usos”, en el que se incluye la producción de medicamentos para enfermedades mentales.
Estos datos de la SE detallan que en 2018 las exportaciones de litio alcanzaron apenas 36 toneladas, lo que dejó una ganancia de 652 mil dólares; mientras que las importaciones representaron un costo de 3.8 millones de dólares al comprar 195 toneladas del mineral proveniente de Chile (78%) y Eslovenia (21%).
Aunque no hay explotación local, en la actualidad hay tres proyectos que los están haciendo con capital privado. Uno de ellos se ubica en Baja California, donde la empresa Pan American Lithium estudia el reprocesamiento de una salmuera residual, producto de la operación de la planta de generación geotérmica de Cerro Prieto de la Comisión Federal de Electricidad.
Entre San Luis Potosí y Zacatecas, los estudios realizados por Litiomex S.A. de C.V., pretenden explotar un depósito de sales de litio y de potasio que se encuentra en sedimentos arcillosos y en salmueras de evaporación.
Mientras que el más avanzado está en Sonora, donde la empresa inglesa Bacanora Lithium y la china Gangfeng desarrollan el proyecto con el que se espera tener una producción gradual que alcance hasta 35 mil toneladas al año, durante, al menos, los 50 años que dura la concesión.
Se encuentra ubicado a 180 kilómetros al noreste de Hermosillo, dentro del municipio de Bacadéhuachi, y ha sido considerado uno de los yacimientos potenciales más grandes del mundo, lo que ha generado que los ojos de los empresarios del mundo volteen al país y a que autoridades mexicanas vislumbren una posible regulación del mercado.
Además del capital privado, el Servicio Geológico Mexicano también le entró a la fiebre del litio e impulsará la exploración en el país, pues con una inversión de 47.6 millones de pesos entre 2021 y 2022, geólogos especializados estudiarán 82 localidades susceptibles de contener este elemento “en calidad y cantidad suficiente, para ser consideradas económicamente viables”, informaron.
Dichas zonas se ubican en los estados de Oaxaca, Puebla, Zacatecas, Durango, Guanajuato, Michoacán, Jalisco, San Luis Potosí, Sonora, Chiapas, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Hidalgo, Veracruz, Sinaloa y Morelos.
ASÍ PODRÍA SER LA REGULACIÓN DEL LITIO
La posibilidad de que México tenga grandes yacimientos sigue siendo un misterio, pues el propio Servicio Geológico Nacional y la Secretaría de Economía han reconocido un limitado conocimiento geológico de la presencia de este metal; sin embargo, esa misma incertidumbre ha provocado una “fiebre del litio” en el país, por lo que, tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador como el Senado, ya han dejado ver la posibilidad de una regulación para evitar un albazo de la iniciativa privada ante la inexperiencia nacional en el tema.
En el mes de febrero, la bancada de Morena en el Senado presentó una iniciativa de nacionalización de este recurso para que los beneficios de su explotación se queden en México, este proyecto está inspirado en el modelo de Bolivia e incluye la creación de una Cámara Mexicana del Litio o un Instituto Nacional.
Dicha propuesta no ha sido abanderada por el presidente López Obrador, quien en su conferencia matutina del 23 de septiembre aseguró que esta semana presentará la iniciativa de reforma constitucional sobre la industria eléctrica, donde se contempla incluir el tema de la explotación del litio.
“Se va a presentar ya la iniciativa de reforma para la industria eléctrica. Se está analizando, si en esa iniciativa, se incluye lo del Litio o se hace por separado”, dijo.
Hay que mencionar que desde junio autoridades descartaron la creación de un “monopolio estatal” sino de un proyecto de ley que promueva inversiones privadas y se desarrolle el potencial que tiene México en la producción del metal, principalmente, con miras a un aprovechamiento del recurso a través del Tratado Comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y el desarrollo de una cadena de valor.
En mayo pasado, la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, adelantó que una de las posibilidades es la creación de un proyecto integral para la producción de baterías en el país.
PANORAMA MUNDIAL DEL “ORO BLANCO”
De acuerdo con datos de la Mineral Commodity Summaries 2020, la producción estimada de litio a nivel mundial fue de 84 mil 700 toneladas métricas, 24% más en comparación con el año anterior. Los países que lideran el mercado son:
Actualmente, el suministro de litio se ha convertido en una prioridad para empresas de tecnología en Estados Unidos y Asia, y se están estableciendo alianzas estratégicas entre empresas desarrolladoras y compañías de exploración que garantice el suministro para la creación de baterías y la fabricación de vehículos, proyectos donde México podría integrarse.
Respecto de la extracción, se están realizando operaciones de salmuera en Argentina, Bolivia, Chile, China y los Estados Unidos; el espodumeno en Australia, Canadá, China y Finlandia; hay una operación minera jadarita en Serbia; y el desarrollo de la operación minera de arcilla de litio en México.
En Latinoamérica, Argentina, Bolivia y Chile formaron el “triángulo del litio” al conformar, entre los tres países, el lugar en el mundo con las mayores reservas de este mineral.
En cuanto a su uso a nivel mundial, las baterías de iones de litio son la principal aplicación, la producción de vehículos eléctricos son el mercado de uso final más grande y se prevé que crezcan hasta alcanzar 81% de la demanda total de litio en 2035.
Los principales consumidores a nivel mundial son China, con 35% de la demanda total mundial, seguido de Europa, Japón, Corea y América del Norte.