La administración del gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco, ha significado no sólo el incremento de los niveles de inseguridad, sino también un notable aumento de la corrupción, de acuerdo con datos oficiales.
En un comparativo de las cifras, correspondientes a 2015 y 2017, consignadas en la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) del INEGI, que se aplica de forma bianual, se muestra que en 2015 Aguascalientes tuvo registro de 8 mil 302 víctimas de actos de corrupción por cada 100 mil habitantes, pero en 2017, primer año de ejercicio del panista, la tasa de prevalencia de corrupción repuntó 75 por ciento, con 14 mil 556 víctimas de corrupción por cada 100 mil habitantes.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) establece que Aguascalientes es una de las tres entidades que presentaron un deterioro más acentuado en el tema de la corrupción.
En cuanto a la tasa de prevalencia de actos de corrupción, en los dos años referidos también se observa un importante ascenso de este fenómeno, pues en 2015 se documentaron 20 mil 186 casos por cada 100 mil habitantes, mientras que en 2017 la cifra se disparó a 24 mil 443, lo que supuso un incremento de 21.1 por ciento.
La mayor cantidad de actos de corrupción en la entidad se da cuando los ciudadanos entran en contacto con autoridades encargadas de la seguridad pública. El segundo trámite con más frecuencia de esta práctica es en la apertura de empresas, otrora uno de los fuertes de la economía del estado.
De hecho, este último trámite ha alcanzado un grado de corrupción en el que una de cada tres empresas (32 por ciento) ha padecido algún acto de este tipo en el último año, de acuerdo con datos de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Otros rubros en los que también es frecuente que se gesten actos de cohecho o soborno, son los permisos relacionados con la propiedad, que alcanzaron, desde que asumió la gubernatura Martín Orozco, un grado de prevalencia de 30.7 por ciento, y los trámites vehiculares, con un promedio de 17.8 por ciento.
En este sentido, el índice de competitividad que la entidad ostentó durante gobiernos anteriores cae de forma constante, lo cual se refleja además en la pérdida de la inercia de crecimiento que le fue heredada a Aguascalientes.
