Con la frase “Dios me salvó para volver a hacer a Estados Unidos grande”, el republicano Donald Trump juró como el presidente número 47 de Estados Unidos, el pasado 20 de enero, ante la mirada de familiares, amigos, compañeros de partido, demócratas y... del planeta entero.
Luego de 4 años lejos del cargo, el magnate neoyorkino regresó al poder para un segundo y último mandato al frente de la nación estadounidense.
Pero... ¿qué es lo que ha pasado desde entonces? ¿Qué acciones ha arrancado el presidente de Estados Unidos a su regreso? En Nación321 hacemos un recuento del manejo de la política interior y, sobre todo, la política exterior que ha comenzado Trump en su segunda gestión.
CANCELACIÓN DE CBP ONE
Todavía no terminaba de jurar como Presidente, cuando Donald Trump empezó a accionar los términos en los que conduciría su gobierno. El ‘efecto Trump’ fue sentido de inmediato por los migrantes.
Instantes después de tomar protesta, puso fin al uso de una aplicación fronteriza CBP One que había permitido a casi un millón de personas ingresar legalmente a Estados Unidos con elegibilidad para trabajar.
Un aviso en el sitio web de Aduanas y Protección Fronteriza el pasado lunes 20 de enero, justo después de que Trump prestara juramento, informó a los usuarios que la aplicación ya no estaba disponible.
Esta aplicación se había utilizado para permitir a los inmigrantes programar citas en ocho puertos de entrada de la frontera suroeste. El aviso decía que las citas existentes habían sido canceladas.
Pero la cancelación repentina e inmediata de las citas en CBP One sería apenas el inicio de una agresiva política migratoria que, en gran parte, fue el estandarte de la campaña de Trump para volver a la Casa Blanca.
LLUVIA DE DECRETOS
El regreso de Trump también supuso una oleada de firmas de órdenes ejecutivas que cimentaron las primeras horas de mandato.
Con su primer lote de memorandos y órdenes, Trump derogó docenas de acciones del expresidente Joe Biden y retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París, entre otras medidas. También indultó a cientos de personas por su participación en el ataque del 6 de enero de 2021 contra el Capitolio.
Trump instruyó al secretario de Interior para cambiar el nombre del Golfo de México a ‘Golfo de América’, buscando resaltar la importancia de esta zona para los intereses nacionales de Estados Unidos.
Además renombró el Monte Denali, en Alaska, a su nombre original, Monte McKinley, para honrar a los nativos de la región.
Migración. Trump revirtió varios decretos sobre inmigración de la presidencia de Biden, incluido uno que limitaba las prioridades de deportación a personas que cometen delitos graves, se consideran amenazas a la seguridad nacional o fueron detenidas en la frontera.
Retornó al gobierno a la política de su primer mandato de que todos en el país ilegalmente son una prioridad para la deportación.
Para ‘amarrar’ su nueva política, Trump declaró ‘emergencia nacional’ en la frontera entre Estados Unidos y México.
Como ‘refuerzo, el pasado viernes 24 de enero, la Casa Blanca informó sobre el despliegue de marines en la frontera con México, como una manera de engrosar la seguridad en la zona y evitar el paso de migrantes.
En una publicación, la Casa Blanca indicó que “el Cuerpo de Marines de EE.UU. está en la frontera” para ayudar a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
En el breve mensaje, destacó que la misión de estos marinos adiestrados es “proteger a Estados Unidos”, por lo que refirió que se trata de una “promesa cumplida”.
La publicación fue acompañada por un video en el que se aprecia la llegada de helicópteros de la Fuerza Armada con elementos de seguridad en su interior.
También se comprometió a reiniciar una política que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México, pero los funcionarios no dijeron si México aceptaría a los migrantes nuevamente.
Durante su anterior implementación, crecieron campamentos en la frontera azotados por la violencia de pandillas. Trump también promete poner fin a la ciudadanía por nacimiento, pero no está claro cómo lo haría, ya que está consagrado en la Constitución de Estados Unidos.
En una de las polémicas más importantes de su primera semana, Trump firmó una orden ejecutiva que interpretaba de manera más estricta la Decimocuarta Enmienda de la Constitución, con la intención de poner fin a la nacionalidad automática para aquellos nacidos en territorio estadounidense, especialmente si sus padres no son ciudadanos.
Esta orden no fue bien recibida en su propio país y más de 20 estados demócratas respondieron con una lluvia de amparos ante lo que veían como una orden “claramente inconstitucional”.
Además se lanzó contra la comunidad trans, pues por medio de un decreto revocó protecciones para las personas transgénero y poniendo fin a los programas en apoyo a la diversidad, la equidad y la inclusión dentro del gobierno federal.
Ambos son cambios importantes para la política federal y van en línea con las promesas de campaña de Trump. Una orden declararía que el gobierno federal sólo reconocerá dos sexos inmutables: masculino y femenino.
Y se definirán con base en si las personas nacen con óvulos o esperma, en lugar de en sus cromosomas. Según la orden, las prisiones federales y los albergues para migrantes y víctimas de violación estarían segregados por sexo según lo definido por la orden. Y el dinero de los contribuyentes federales no podría usarse para financiar “servicios de transición”.
Una orden por separado suspende los programas sobre diversidad, equidad e inclusión, ordenándole a la Casa Blanca identificarlos y ponerles fin dentro del gobierno.
ARANCELES VS MÉXICO Y EL MUNDO
Al declarar que la “edad de oro de Estados Unidos” comenzaría con su llegada al poder, Trump, fiel a su costumbre, no desaprovechó la oportunidad de lanzarse en contra de otros países y amenazar con aranceles.
Trump cumplió una más de sus promesas y firmó el decreto con el que prevé imponer aranceles del 25% a México y Canadá a partir del próximo 1 de febrero.
La medida busca responder a preocupaciones relacionadas con el comercio y otros temas fronterizos.
Trump argumentó que ambos países están permitiendo el ingreso de grandes cantidades de personas y fentanilo, lo que afecta a su nación.
“Estamos pensando en términos del 25% a México y Canadá, pues están permitiendo un enorme número de personas, Canadá también abusa fuertemente -grandes cantidades de gente viniendo, y de fentanilo llegando-“, señaló en un mensaje emitido desde la Oficina Oval.
Sin embargo, el jueves 23, hizo una acotación sobre las negociaciones con estos dos países, pues por un lado reconoció que los acuerdos comerciales con México “van bien”.
Durante su participación en el Foro Económico Mundial de Davos 2025, destacó que “estamos acordando con México, creo que vamos muy bien”.
No obstante, Donald Trump no quitó el dedo del renglón y sostuvo que exigirá “respeto” a sus socios comerciales vía la aplicación de aranceles, y como ejemplo expuso la relación comercial con Canadá, país con el que EU tiene un déficit de entre 200 y 250 millones de dólares, según el republicano.
“Con Canadá tenemos un déficit, no sé si sea bueno para ellos, pero para nosotros no lo es. Les he dicho que se pueden convertir en el estado 51 de Estados Unidos si así lo desean”, remató.
Esa misma semana, el Presidente reafirmó su plan de imponer un arancel adicional del 10% a las importaciones originarias de China.
Lo anterior, lo informó el republicano durante su primera conferencia desde la Casa Blanca e indicó que la medida sería en respuesta al fentanilo que llega a territorio estadounidense desde el país asiático.
“Estamos hablando de un arancel del 10% basado en el hecho de que están enviando fentanilo a México y Canadá”, dijo.
El mandatario también reiteró que sus planes incluyen fijar aranceles a la Unión Europea y nuevas sanciones a Rusia.
COLOMBIA, EL ÚLIMO BLANCO
La Casa Blanca se atribuyó el domingo la victoria en un enfrentamiento con Colombia en torno al envío de vuelos de inmigrantes deportados desde Estados Unidos, horas después de que Donald Trump amenazara con aranceles a las importaciones colombianas y que Bogotá anunciara medidas similares a los productos estadounidenses.
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo en una declaración el domingo por la noche que “el gobierno de Colombia ha aceptado todos los términos del presidente Trump, incluida la aceptación irrestricta de todos los extranjeros ilegales de Colombia regresados de Estados Unidos, incluso en aviones militares estadounidenses, sin limitación ni demora”.
Leavitt indicó que las órdenes arancelarias —que habrían impuesto aranceles del 25% sobre todos los productos colombianos entrantes y luego serían aumentados al 50% en una semana— se “mantendrán en reserva y no se firmarán”.
Pero Leavitt añadió que Trump mantendrá las restricciones de visa para los funcionarios colombianos y mayores inspecciones aduaneras de mercancías procedentes del país, “hasta que el primer avión cargado de deportados colombianos sea devuelto con éxito”.
Colombia, un país tradicionalmente considerado como uno aliado de EEUU en el hemisferio, dio por “superado el impasse” por medio de un comunicado leído por su canciller, Luis Gilberto Murillo, en el que reafirmó que seguirán recibiendo a los colombianos deportados de Estados Unidos “garantizándoles las condiciones dignas como ciudadanos sujetos de derechos”.
En su primera semana de encargo, el magnate neoyokino ha dejado en claro su política contra la migración y que su manera de negociar con el planeta estará antecedida por amenazas.
... ¿qué seguirá? Lo mantendremos informado.
Con información de AP