Tal como lo había adelantado, el presidente Donald Trump firmó este lunes 10 de febrero una orden ejecutiva para imponer aranceles del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio, incluidas las de Canadá y México, así como otros aranceles de importación más adelante en la semana.
“Cualquier acero que entre a Estados Unidos tendrá un arancel del 25%”, dijo anteriormente a los periodistas el domingo en el Air Force One mientras volaba de Florida a Nueva Orleans para asistir al Super Bowl. Cuando se le preguntó sobre el aluminio, respondió que “el aluminio también” estará sujeto a las penalizaciones comerciales.
Trump también reafirmó que anunciaría “aranceles recíprocos” —“probablemente el martes o miércoles”— lo que significa que Estados Unidos impondrá aranceles de importación a productos en casos donde otro país haya impuesto aranceles a los bienes estadounidenses.
Los comentarios de Trump son el último ejemplo de su disposición a amenazar, y en algunos casos a imponer, impuestos de importación. Los aranceles están llegando mucho antes en su presidencia que durante sus cuatro años anteriores en la Casa Blanca, cuando priorizó los recortes de impuestos y la desregulación.
Trump ha dicho alternativamente que ve los impuestos a la importación como herramientas para forzar concesiones en temas como la inmigración, pero también como una fuente de ingresos para ayudar a cerrar el déficit presupuestario del gobierno.